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Perder un embarazo en El Salvador puede llevar a una condena por homicidio

Cuando Teodora del Carmen Vásquez salió de la prisión para mujeres Ilopango hace unas semanas, abrazó a sus padres, a su hijo adolescente y a un movimiento para cambiar una ley antiaborto que le robó más de una década de su vida.

Viernes 20 de Abril de 2018

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16:17 | Viernes 20 de Abril de 2018 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

En El Salvador, una prohibición total del aborto lleva a sospechar inmediatamente de las mujeres cuyos embarazos no terminan con un bebé sano. Vásquez fue considerada una delincuente luego de empezar a sangrar y de que su bebé naciera muerto.

Sentenciada a 30 años de cárcel por homicidio agravado, fue liberada sólo después de que la Suprema Corte determinara que no había suficiente evidencia para demostrar que había matado a su bebé.

“Éste es un momento para alzar la voz, éste es el momento de actuar”, expresó Vásquez, quien fue la vocera en prisión para un grupo de 24 mujeres acusadas de lo mismo. “Con la situación en que estamos ahora, en unos cuantos años será un delito ser una mujer en El Salvador”.

A medida que América Latina se ha acercado gradualmente a levantar las restricciones al aborto, seis países pequeños han mantenido el veto total, incluso en casos en los que peligra la vida de la madre. Y ningún otro país impone esa prohibición con el fervor de El Salvador.

Sin embargo, los grupos de derechos de las mujeres y sus aliados en el Congreso actualmente creen que podrían tener los votos para aprobar el aborto bajo ciertas condiciones. Se han propuesto dos iniciativas de ley, abriendo un debate sobre la cuestión por primera vez desde que fuera aprobado el veto total, hace dos décadas.

El ministerio de Salud de El Salvador apoya cambiar la ley, y los médicos han empezado a alzar la voz, argumentando que la prohibición los ata de manos en embarazos de alto riesgo. Las organizaciones internacionales ven la prohibición como una violación a los derechos de las mujeres y Chile, que flexibilizó su ley en agosto, puso un ejemplo influyente.

“Hay un amplio abanico de grises y necesitamos tener un diálogo sobre la cuestión”, afirmó Johnny Wright Sol, un legislador que rompió con el partido derechista Arena el año pasado y propuso una iniciativa para permitir el aborto cuando la salud de la madre esté en riesgo o para una menor que ha sido violada.

Una iniciativa de ley por separado extendería las exenciones de la prohibición para que incluyan el aborto en todos los casos de violación y los que involucren un feto no viable.

Los partidarios esperan someter el tema a votación antes de fines de abril y antes de que tome posesión la nueva Asamblea ―más conservadora― que fue electa el mes pasado.

Vásquez, de 34 años, estaba en su trabajo como cocinera en una cafetería escolar cuando empezó a sangrar y pidió ayuda médica antes de perder el conocimiento y sufrir un alumbramiento con producto muerto. En un principio, los fiscales la acusaron de aborto y luego cambiaron la acusación a homicidio agravado. Ella nunca se reunió con su defensor de oficio. Fue liberada en febrero, luego de que la Suprema Corte redujera su sentencia.

Cuatro semanas después, Maira Figueroa Marroquín salió de Ilopango luego de que el gobierno conmutara su sentencia de 30 años. En 2003, cuando era una sirvienta de 19 años, Figueroa empezó a sangrar profusamente en el trabajo, al final de su embarazo y, al igual que Vásquez, fue acusada primero de abortar y luego de homicidio agravado, de acuerdo con Citizens’ Group. Pasó casi 15 años en prisión.

Los activistas que se oponen a flexibilizar la prohibición han iniciado su propia campaña, argumentando que la tasa a la baja de mortalidad materna de El Salvador muestra que los médicos pueden manejar embarazos de alto riesgo sin eliminar la prohibición.

Sin embargo, la ministra de Salud Violeta Menjívar ha indicado que entre 2011 y 2015 murieron 13 mujeres por embarazo ectópico, en el que el embrión se desarrolla fuera del útero sin posibilidad de sobrevivir. Otras 36 mujeres murieron durante ese período cuando sus enfermedades crónicas fueron agravadas por el embarazo.

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