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Donald Trump y Kim Jong un: idas y vueltas de la cumbre

El encuentro está pautado para el 12 de junio en Singapur. El jueves, el magnate había cancelado la reunión pero ahora dio marcha atrás con esa decisión.

Viernes 25 de Mayo de 2018

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18:11 | Viernes 25 de Mayo de 2018 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

El jueves, Donald Trump canceló la reunión con el líder norcoreano Kim Jong un y fue más allá: dijo que el Ejército de los Estados Unidos estaba "preparado para un ataque". Menos de 24 horas después, el magnate dio marcha atrás y se mostró optimista sobre la realización de la cumbre, prevista para el 12 de junio en Singapur.

"Estamos hablando con ellos ahora. Ellos realmente quieren hacerla. Nosotros queremos hacerla", dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca.

Corea del Norte manifestó más temprano su disposición a hablar con Estados Unidos "en cualquier momento", una declaración que Trump celebró como "cálida y productiva".

"Es una muy buena noticia recibir la cálida y productiva declaración de Corea del Norte. Pronto veremos hacia dónde vamos, esperemos que hacia una larga y duradera prosperidad y paz. Solamente el tiempo (y el talento) lo dirán!", tuiteó.

El secretario estadounidense de Defensa, James Mattis, reforzó la ilusión de un encuentro de última hora: "Los diplomáticos siguen trabajando sobre la posibilidad de esa cumbre". La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, se limitó a comentar que "si la reunión ocurre el 12 de junio, estaremos listos".

El mundo en vilo por las idas y vueltas de Trump

En una carta a Kim, Trump había anunciado el jueves que anulaba la cumbre ante la "abierta hostilidad" de Pyongyang, y advirtió a Corea del Norte de no cometer ningún "acto tonto o imprudente". Sin embargo, no descartó futuras conversaciones. La novedad llegó el mismo día en que Corea del Norte declaró haber desmantelado "completamente" su único sitio conocido de ensayos nucleares.

La cumbre de Singapur sería la primera entre un presidente estadounidense y un dirigente máximo de Corea del Norte, coronando un inédito período de acercamiento entre dos emblemáticos enemigos de la Guerra Fría. Pero se anunciaba complicada.

Washington exige una "desnuclearización completa, verificable e irreversible" de Corea del Norte. Pero Pyongyang declaró que no renunciaría jamás a su arsenal nuclear, mientras que no se sienta segura ante lo que considera una agresión estadounidense.

China, única gran aliada de Pyongyang, instó a ambas partes a "mostrar buena voluntad", mientras que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a los dos países seguir conversando, al igual que el anfitrión Singapur. El presidente ruso, Vladimir Putin, expresó su esperanza de que finalmente las conversaciones se lleven a cabo.

La intención de Trump de no concretar el encuentro se dio a conocer un día después de que Pyongyang endureciera su retórica y calificara de "estúpidas" e "ignorantes" unas declaraciones del vicepresidente estadounidense Mike Pence sobre la desnuclearización del país asiático.

La Casa Blanca vio las objeciones de Corea del Norte al último ejercicio militar conjunto entre Estados Unidos y Corea del Sur, y su reciente cancelación de una reunión con los surcoreanos, como una violación de sus compromisos previos a la cumbre.

Trump invirtió mucho capital político en el encuentro con Kim, pero a medida que se acerca la fecha, la brecha entre ambas partes es cada vez más evidente. Las idas y vueltas del magnate y la escalada del líder norcoreano tienen en vilo al mundo entero.

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