Saturación de inmigrantes en la frontera con México

11:07 | Lunes 24 de Septiembre de 2018 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Autoridades de urbes como Piedras Negras (estado de Coahuila), Ciudad Juárez (Chihuahua) y Reynosa (Tamaulipas), frontera con Texas, lanzaron alertas al gobierno federal para que les otorgue ayuda por cuanto se encuentran totalmente rebasados ante la necesidad de atender a tantas personas.

En las calles y bajo los puentes se observa cómo los migrantes vagan como "zombies", con rostro inexpresivo o gestos de desesperación, y piden ayuda para poder alimentarse. "Tenemos que ayudarles a regresar a su tierra de origen y mínimo, entre custodiarlos, alimentarlos, alojarlos, facilitarles servicios, teléfonos, internet, traslados, el gasto es de unos 50 dólares", afirmó José Martín Carmona, director del Instituto Tamaulipeco para Migrantes.

Carmona señaló que "si no fuera por la sociedad civil y las organizaciones religiosas, no podríamos atender a todos". El problema coincide con un aumento de 37,6% en la repatriación de mexicanos desde Estados Unidos entre enero y julio de este año, respecto al mismo período del año precedente, de acuerdo con el ministerio de Gobernación.

La alcalde de Piedras Negras, fronteriza con Eagle Pass, Texas, Sonia Villarreal, afirmó que la inseguridad en la frontera ha acrecentado el flujo de migrantes a su municipio. Centroamericanos, sudamericanos y hasta africanos y asiáticos saturan los albergues y duermen en la vía pública, en espera de obtener asilo político en Estados Unidos. "La migración se convirtió en uno de nuestros retos principales en los últimos meses. Nunca habíamos tenido un flujo tan importante", afirmó.

Tamaulipas, que colinda con Texas, es el estado que más migrantes recibe y se calcula que, al ritmo actual, este año podría cerrar con unos 60.000. O sea, casi 50 por ciento más que el año pasado, cuando la cifra fue de 42.000. En Ciudad Juárez, vecina de El Paso, Texas, entre enero y julio recibió a 8.000 repatriados mexicanos, cuando en todo 2017 llegaron a 5.800.

El endurecimiento de la política migratoria del presidente Donald Trump generó un aumento en las deportaciones, pero no disuadió a los migrantes para seguir intentando ingresar clandestinamente a Estados Unidos. "A nosotros no nos detienen los muros, nosotros seguiremos adelante", afirman los indocumentados.

En Tijuana, limítrofe con California, en la costa oeste de Estados Unidos, miles de haitianos, africanos y asiáticos saturan también estaciones migratorias y albergues. Algunos especialistas han comenzado a hablar de que se gesta una "crisis humanitaria" a consecuencia de esta movilidad inusual, como el investigador del Colegio de la Frontera Norte, Rafael Alarcón Acosta.

Los haitianos que llegaron a Tijuana y ciudades cercanas como Tecate y Mexicali para poder entrar a Estados Unidos, beneficiándose del Estatus de Protección Temporal, que se instauró en 2010 pero concluyó en 2016, se quedaron atrapados en esa ciudad donde se registra el mayor cruce de transfronterizo en el mundo.

Los haitianos han creado vecindarios irregulares en las faldas desoladas de algunas colinas, uno de los cuales han llamado "Little Haiti. Ciudad de Dios". Un plan de una iglesia evangélica local de construirles viviendas fracasó por la negativa de la alcaldía a otorgar los permisos aduciendo problemas sanitarios.

Pero los haitianos han decidido permanecer a la espera de una nueva oportunidad, mientras se emplean en trabajos informales como vendedores ambulantes o soldadores y obreros fabriles. Cuando reúnen algo de dinero abren un comercio, sobre todo de comida típica o de embellecimiento, pero no faltan las mujeres que optan por la prostitución ante la falta de oportunidades, lo que generó denuncias de explotación y de abusos. .