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Alarma en Latinoamérica: crece el hambre y la obesidad

El hambre y la obesidad aumentaron por tercer año consecutivo en América Latina y el Caribe, dos problemáticas que afectan especialmente a personas con bajos ingresos, así como a mujeres, indígenas, afro-descendientes y familias rurales de la región.

Jueves 08 de Noviembre de 2018

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11:39 | Jueves 08 de Noviembre de 2018 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Lo reportó el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018, elaborado por la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Se trata de un reporto lanzado hoy, de modo simultáneo, en Santiago de Chile y en Panamá.

El documento constató que cada año se suman 3,6 millones de personas obesas a la región, mientras el hambre aumentó en tres países desde 2014: Argentina, Bolivia y Venezuela. En América latina y el Caribe, 39,3 millones de personas (6,1%) vive con hambre. Entre 2015 y 2016, el número de personas subalimentadas creció en 200 mil personas. Entre 2016 y 2017, el incremento fue de 400 mil. "Esto muestra que la velocidad del deterioro está aumentando", relevó el documento.

Venezuela aumentó en 600 mil personas más sólo 2014-2016 y 2015-2017. Haití, México, Colombia y República Dominicana son los únicos cuatro países que lograron bajarla desde 2014. El Panorama sostuvo que el hambre, la desnutrición, la carencia de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad afectan más a las personas de menores ingresos, a las mujeres, a los indígenas, a los afro-descendientes y a las familias rurales de la región.

Los cuatro organismos enfatizaron el estrecho vínculo entre la desigualdad económica y social y los mayores niveles de hambre, obesidad y malnutrición de las poblaciones más vulnerables. Según el informe, en América Latina el 8,4% de las mujeres viven en inseguridad alimentaria severa, en comparación con el 6,9% de los hombres, mientras que las poblaciones indígenas sufren por lo general mayor inseguridad alimentaria que las no indígenas. En diez países, el 20% de los niños y niñas más pobres sufren tres veces más la desnutrición crónica que el 20 % más rico.

El Panorama detalló que 19 millones de mujeres sufren inseguridad alimentaria severa, en comparación con 15 millones de los hombres. En todos los países de la región, la tasa de obesidad de las mujeres adultas es mayor a la de los hombres; en 19 de ellos, la tasa de obesidad femenina es al menos 10 puntos porcentuales superior a la de los hombres. Una de las principales causas del alza de la malnutrición en los grupos de población especialmente vulnerables son los cambios que han sufrido los sistemas alimentarios de la región -el ciclo de los alimentos desde su producción hasta su consumo-.

Los cambios han afectado a toda la población, pero sus efectos más adversos los sufren los sectores más excluidos, los cuales, si bien han aumentado su consumo de alimentos saludables como leche y carne, muchas veces deben optar por productos con alto contenido en grasa, azúcar y sal, ya que tienen menor costo.

Las cuatro oficinas coincidieron que "la alimentación saludable parece ser más un privilegio que un derecho", y reclamaron que una solución a la malnutrición "pasa por una visión integral, pero sobre todo por encarar la pobreza y la desigualdad".

El director regional de FAO, Julio Berdegué, indicó que uno de cada cuatro adultos es obeso en América Latina y el Caribe. El sobrepeso afecta al 7,3% (3,9 millones) de los niños y niñas menores de 5 años, una cifra por sobre el promedio mundial 5,6%. "La obesidad está creciendo descontroladamente. Cada año estamos sumando 3,6 millones de obesos a esta región. 250 millones de personas viven con sobrepeso, el 60% de la población regional. La situación es espantosa", afirmó.

Carissa F. Etienne, directora de la OPS, dijo que "es necesario un enfoque multisectorial que asegure desde el acceso a alimentos saludables hasta abordar otros factores sociales que también impactan sobre estas formas de malnutrición, como el acceso a la educación, el agua y saneamiento y los servicios de salud".

Planteó que se debe avanzar en el "acceso a la salud universal para que todas las personas puedan recibir la atención y medidas de prevención que necesitan por temas de malnutrición y sus consecuencias a largo plazo". 

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