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La Iglesia católica argentina se sincera: "Es necesario reconocer nuestros pecados"

El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, hizo esta declaración en su homilía de apertura de la 117ª asamblea que reúne a obispos de todo el país.

Martes 12 de Marzo de 2019

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11:29 | Martes 12 de Marzo de 2019 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea, remarcó que la Iglesia católica de nuestro país está comprometida a erradicar "situaciones de abuso" dentro de la institución y en "recorrer un camino de purificación".

Durante su homilía de apertura de la 117ª Asamblea Plenaria del Episcopado Argentino que aglomeró a obispos de todo el territorio nacional en la localidad bonaerense de Pilar, el también obispo de San Isidro destacó que "es necesario hacer un profundo examen de conciencia y reconocer nuestros pecados".

Ojea compartió vivencias con sus colegas de su reciente participación en un encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano en la que presidentes de Conferencias Episcopales de todo el planeta analizaron junto al Sumo Pontífice la fuerte problemática de los abusos sexuales que sacude al seno de la Iglesia.

"La santidad de la que habla el Libro del Levítico se concreta y se vuelve visible en el amor a los hermanos, especialmente a los más vulnerables: hambrientos, tristes, enfermos, presos... Los hermanos y hermanas de las periferias existenciales a quienes estamos llamados a cuidar especialmente. Muchos de ellos, pequeños y pequeñas que debieron ser cuidados y protegidos, fueron cruelmente maltratados en situaciones de abuso dentro de la Iglesia, que hoy estamos comprometidos a erradicar", afirmó.

Y agregó: "El Encuentro sobre la Protección de los Menores en la Iglesia nos puso delante del pecado y del drama de los abusos. Abusos sexuales que son también abusos de conciencia y que siempre parten de un abuso de poder. Hemos sido llamados vivamente por el Santo Padre y por toda la Iglesia a dar un corte radical a estas situaciones".

"A no encubrir ni de lejos una denuncia que amerite una investigación para proteger a los menores y a los adultos vulnerables. Esto es importante, esencial y urgente, pero no basta. Estamos llamados a ir más allá. Debemos renovar de raíz estilos de vida y estructuras de formación que han hecho posible que germinara en algunos clérigos un sentimiento de superioridad y de dominio con respecto al pueblo fiel y que han facilitado que vivieran como si no tuvieran que dar cuenta a nadie de sus actos, en una situación de verdadera impunidad", concluyó Ojea.

 

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