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¿Qué es el acuerdo nuclear y qué implican las nuevas medidas de Irán?

El pacto firmado en 2015 entre Teherán y seis grandes potencias marcó un acercamiento histórico. Con la llegada de Donald Trump al poder volvió la tensión.

Miércoles 26 de Junio de 2019

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20:37 | Miércoles 26 de Junio de 2019 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La nueva escalada de tensión entre el gobierno del estadounidense Donald Trump y el régimen de Irán parece marcar la desintegración del acuerdo nuclear entre Teherán y seis grandes potencias. Las claves del caso.

El acuerdo nuclear firmado en julio de 2015 en Viena fue fruto de varios años de negociaciones entre Irán y las grandes potencias (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China y Alemania), tras más de una década de tensión por el programa atómico del país persa.

El pacto marcó un histórico acercamiento entre Washington y Teherán, que habían roto sus relaciones diplomáticas tras la Revolución Islámica de 1979. El diálogo se retomó luego de llegara al poder el presidente moderado Hassan Rohani -más abierto a conversaciones con Occidente, en claro contraste con su antecesor Mahmud Ahmadinejad-, tras ganar las elecciones de junio de 2013.

En septiembre de ese año, el demócrata Barack Obama se convirtió en el primer presidente estadounidense en hablar por teléfono con un mandatario iraní desde la ruptura de relaciones.

Destinado a garantizar el carácter estrictamente pacífico del programa nuclear iraní, el acuerdo de Viena prevé como contrapartida el levantamiento progresivo de las sanciones que asfixian a la economía del país persa, en particular en lo que respecta al vital comercio de petróleo y gas.

Considerado como un éxito mayor del multilateralismo en general y de la administración Obama en particular, este texto fue vivamente criticado por Israel, Arabia Saudita y por el ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que estiman que no ofrece garantías suficientes de que Irán realmente frene su programa de armas atómicas.

El acuerdo frena al plan nuclear iraní y lo somete a inspecciones reforzadas de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), de modo que Teherán no pueda desarrollar una bomba atómica.

En la práctica, prohíbe a Irán enriquecer uranio en más del 3,67% y almacenar más de 300 kg de este elemento. También limita a 130 toneladas las reservas de agua pesada del país. Además, impone la neutralización del reactor de agua pesada de Arak (capaz de producir plutonio) y limita el número de centrifugadoras de uranio utilizadas por el régimen de Teherán.

La puesta en marcha de estas disposiciones es supervisada de manera continua por expertos de la AIEA, que multiplican las visitas sorpresivas sobre el terreno y cuentan con miles de imágenes de cámaras de video-vigilancia en tiempo real. Esta agencia de la ONU remarca que este procedimiento de verificación es el más duro del mundo, y hasta ahora siempre ha certificado que Irán respetaba el acuerdo.

Pero con la llegada de Donald Trump al poder, volvió la tensión. Washington se retiró en forma unilateral del acuerdo en mayo de 2018 y en noviembre restableció sus sanciones contra Irán. “Fue un pacto horrible, unilateral, que nunca, nunca debió hacerse”, argumentó el jefe de la Casa Blanca.

Estados Unidos, además, impuso a sus socios que abandonaran la mayor parte de sus intercambios económicos con Irán bajo amenaza de no comerciar más con ellos.

El trasfondo de la guerra en Siria

Pero la escalada de tensión entre Washington y Teherán está asociada también a la guerra en Siria, donde el régimen shiíta de Irán es un actor ineludible. Junto con Rusia, es el principal aliado del régimen de Bashar al Assad, al que ayudó a fortalecerse, ofreciendo apoyo militar y económico. El triunfo de Assad sobre los rebeldes en Siria atizó los odios de los halcones del gobierno de Estados Unidos, partidarios de reforzar la presión contra el país persa.

Los europeos anunciaron la implementación de un sistema de intercambio comercial destinado a ayudar a Irán a esquivar las sanciones estadounidenses, pero, este dispositivo aún se encuentra en un limbo.

Asfixiada económicamente, Teherán ha argumentado que los compromisos (por parte de los europeos) no han sido respetados y que, en tal circunstancia, podría abandonar ciertas obligaciones impuestas por el acuerdo.

Irán anunció en mayo que ya no se considera en la obligación de aplicar los límites de almacenamiento. Señaló que el umbral de uranio enriquecido se superará este jueves, 27 de junio.

Teherán también advirtió que comenzará a partir del 7 de julio a enriquecer uranio a más del 3,67%, y aumentará el número de centrifugadoras.

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