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Los Nocheros hoy: "La onda expansiva nos golpeó a todos, pero la música es sanadora"

Sin Mario Teruel -que dejó el grupo luego de la denuncia de abuso contra su hijo menor-, presentan como trío su nuevo álbum "Sol Nocturno".

Miércoles 21 de Agosto de 2019

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11:30 | Miércoles 21 de Agosto de 2019 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Hablan del cimbronazo que sufrieron, critican a los medios y aseguran que el cuarto nochero volverá al grupo antes de fin de año.

"Los cuatro somos uno", dijeron siempre. Y así organizaron sus giras, presentaciones y festivales. Como una sola familia, como un grupo imposible de separar. Para Los Nocheros el 2019 no tenía por qué ser un año diferente. Traía, además, una novedad que entusiasmaba a Kike, Mario y Alvaro Teruel y Rubén Ehizaguirre: el lanzamiento de Sol Noturno, el primer disco en estudio luego de cinco años.

Pero el miércoles 22 de mayo, todo cambió. El hijo menor de Mario Teruel fue denunciado por abuso sexual y exhibiciones obscenas contra una menor. Marcos Lautaro Teruel (26), también hermano de Álvaro y sobrino de Kike, enfrenta desde entonces en prisión el grave proceso judicial.

Luego de la declaración de la víctima -que tenía 10 años cuando fue abusada-, la fiscalía pidió el cambio de caratula por "abuso sexual con acceso carnal continuado por el grave daño en la salud de la víctima y corrupción de menores".

El grupo sintió el cimbronazo. "Fue como la onda expansiva de una explosión que lastimó a todos", definen.

"Ante los hechos que son de público conocimiento he decidido tomarme un tiempo fuera de Los Nocheros para acompañar a mi hijo Lautaro en el proceso judicial que atraviesa", escribió  Mario Teruel en las redes sociales, y decidió dar un paso al costado.

"Él quiso protegernos a nosotros y proteger a su familia", describe Kike.

Sus compañeros decidieron que debían seguir adelante como trío. Así hicieron presentaciones en Mar del Plata, Tres Algarrobos, San Salvador de Jujuy, Tucumán… "No tenemos por qué pagar todos por algo que no hicimos", dijeron.

No es esta la primera vez que Los Nocheros dejaron de ser cuatro: también se convirtieron en trío cuando Kike se fue a España, empujado por los cuatro robos que había sufrido en su casa de Salta.

Pero ahora todo es distinto. Lo saben y buscan que "la música sea sanadora". Así preparan la presentación de sus nuevas canciones en el Teatro Ópera Orbis (30 y 31 de agosto), con la voz de Magui Soria, quien canta junto a ellos desde enero de este año. "No es el reemplazo de Mario -clara Kike- él va a volver".

Los Nocheros están felices con el nuevo material de su disco. "Deberíamos disfrutarlo relajados, pero ¡por suerte todavía nos ponemos nerviosos!", confiesa Kike. Saben que las expectativas del público que los sigue son muchas, y que  el "sonido nochero" es una marca registrada. "Quizás hay mucha gente que quiere escuchar los temas de siempre, somos un clásico, pero nos gusta el desafío de cantar nuestras nuevas canciones".

Sienten que la gente ahora no sólo va a escucharlos, también va a brindarles su apoyo. P ara ellos el escenario es un lugar sagrado: "Allí arriba la vida tiene otra magia", afirma Kike. Y se entusiasma contando que en el Ópera habrá chacareras, bachatas y la voz "carismática y especial" de Magui Soria. "Va a ser muy emocionante", adelantan.

Todavía sacudidos por la tormenta, pero "movilizados por la música y el contacto con el público", Kike Teruel y Rubén Ehizaguirre hablaron con Infobae de este difícil momento para el grupo que ya cumplió 33 años.

— ¿Como se sienten hoy como trío, después de la grave denuncia contra hijo de Mario Teruel?

Kike Teruel: Tratamos de vivirlo lo mejor  posible. Sabiendo que más allá que Mario pertenece al grupo lo que ocurrió es algo ajeno al resto. Nosotros  tres tratamos de seguir adelante como tiene que ser. Por ahí nos hacían notas y nos preguntaban si habíamos pensado en parar o de qué manera íbamos a seguir. Y después del golpe no hay otra manera de seguir que no sea poniendo la cara, cantando.

—¿Y Mario?

Kike: Mario esta afrontando el momento que le toca vivir internamente, con total intimidad, junto a los suyos. Yo creo que él se ha hecho a un lado para protegernos y también para proteger a su entorno, para ocuparse de lo que le está tocando en este momento. Nosotros no tenemos nada que ver.

—¿Se sintieron agredidos por la gente en algún momento?

Rubén Ehizaguirre: No por la gente, pero sí por los medios. Igual se tienen que dar cuenta de que la gente no les da bola… Porque hay medios que han confundido. Es como si al hijo de un jugador lo denunciaran por algo y pusieran la foto de todo el equipo. Acá ponían a los cuatro. Y todo el tiempo.

—¿Qué les pasaba cuando veían la noticia?

Kike: Fue terrible. Algunos noticieros decían que estábamos aplicando la censura, que estábamos cercenando la libertad de prensa. ¡Nada que ver! Lo único que buscábamos era separar  la situación interna de Mario de la de Los Nocheros como grupo.

—¿Mario va a volver?

Rubén: Sí, vuelve. Antes de fin de año, para los festivales del 2020. Éste ha sido un parate. Él tiene que estar preparado para volver, tiene que saber que ya no le van a preguntar por lo que sucedió. Y para eso tiene que pasar un tiempo, procesar lo que le está pasando dentro de la familia. Yo digo que acá hay mucha gente damnificada. Hay abuelos, sobrinos, tíos, tías, mucha gente involucrada que los medios lo resumen en una foto y en un título feo. Y están totalmente equivocados, porque van por un lado y la gente va por otro.

—¿Dónde buscaron apoyo?

Kike: Hablamos mucho… También tenemos que agradecer a nuestro staff de músicos, a nuestra oficina, que todos entendieron cómo era, que nadie buscó echarle más leña al fuego, que todos se han acomodado donde se tenían que acomodar. Acá no había chancho con dos colas, como dicen. No había nada extraño. Acá había un error que alguien cometió con la magnitud que haya sido, un delito que cometió una persona de la cual el resto no tenía nada que ver. Todos los han entendido así… menos algunos.

—Kike, él es tu sobrino…

Kike: ¡Qué sé yo! si yo no estoy adentro, si yo no estoy con él. Y tampoco puedo dar una opinión. De Mario sí, de Mario te digo que está para volver, está sanando, está acomodando todo. De él sí puedo hablar tranquilamente.

—¿Hablás mucho con Mario?

Kike: Sí, ahora estoy en comunicación y ya está pensando en el disco, está pensando en un video. Porque para él, como te ha dicho Rubén, esta es la vida que nosotros tenemos. Y ahora no nos queda otra. Tenemos que hacer tripa corazón y cantar. Es un golpe que no es fácil. Es como la onda expansiva que te golpea aunque no quieras, aunque no tengas nada que ver… Pero a la vez tenemos que ver porque somos parte de lo que le pasa a uno de los integrantes. Esa onda expansiva te lastima y vos tenés que asimilarla y  seguir adelante.

—¿Dirían que fue lo más difícil que les tocó vivir en los últimos tiempos?

Kike: Lejos. No de los últimos, de los tiempos que sean. De lo que nos pasó como grupo es lo más fuerte. Y espero que no haya nada peor. La tormenta sigue. O sea capaz que los medios pueden no hablar o pueden dejar de lado porque una noticia tapa a la otra, lo que sea, pero la tormenta internamente en nosotros está.

—La tormenta no pasó…

Rubén: No, porque aunque no seamos título de un diario esto no va a dejar de pasar o va a doler menos.  La música es sanadora. El afecto es sanador. El encuentro con la gente, el cariño. Esas cosas hacen que uno se arme de valor para seguir adelante. El otro día en una estación de servicio me dice el que echa nafta: "Eh Nochero, voy a decir lo mismo que el Diego pero la guitarra no se mancha, así que denle para adelante". Me gustó que así nos vea la gente.

—Hablás de la gente, ¿cuál es el secreto de permanecer 30 años en la industria?

Kike:  Yo creo que la fórmula es que la gente espera que Los Nocheros le canten al romanticismo, al amor, a la mujer desde cualquier punto de vista de género musical. Y siempre nos mantuvimos en esa temática.

—¿Se imaginaban el éxito de la banda?

Kike: No porque solo queríamos cantar. Somos de un lugar muy simple, como que no pertenecíamos a esto. Entonces nosotros estábamos en Salta cantando como si nada en Peñas. Allá en el Norte hay un microclima en todo sentido… Fijate que en vez de pagarnos nos decían que había que pagar para ir a festivales, que era todo al revés. Entonces nunca soñamos nada. Una vez que conocimos un poquito de esto, por supuesto que nos explotó la cabeza. Y dijimos: "Esto es para nosotros".

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