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Ricardo Iorio y su tremenda profecía: "Muerto voy a joder más"

El líder de V8, Hermética y Almafuerte murió este martes a los 61 años. En un reportaje de 2014 habló de su muerte.

Martes 24 de Octubre de 2023

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10:03 | Martes 24 de Octubre de 2023 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

En agosto de 2014, Ricardo Iorio habló con Clarín. Siempre polémico en sus declaraciones, hasta tiró una frase que hoy resulta profética: "Muerto voy a joder más", claramente conciente que las ideas y las canciones no mueren jamás.

En aquel encuentro, después de saludar a su mujer e hijas y cargar lo necesario, Ricardo Iorio se subió al asiento del conductor de su F-100 modelo 2002 y arrancó.

Una vez en camino a su casa, la aceleró a fondo, como todos los vehículos que manejaba. Los tres anteriores, estropeados: un auto, otro de su mujer y una Ranger. “Le encanta acelerar hasta romper el motor. Es una máquina de fundir autos”, describía Marcelo Caputo, su manager de esa época.

Desde Coronel Suárez, donde vivía el cantor de Almafuerte, hasta la Ciudad de Buenos Aires, hay casi 600 kilómetros de rutas provinciales y nacionales, con la inmensidad pampeana a los costados: verde, amarilla, marrón, con el sol en retirada, vaquitas ajenas, penas propias, molinos.

En el 2000 se mudó de la ciudad al campo, “donde las armas no tienen por qué ser registradas, porque no llega el cartero”, y siempre llegaba a los recitales manejando, escuchando radios AM.

Sus compañeros viajaban en avión o micro de gira, según la distancia, y solían quedarse un rato más después de los shows. Iorio, en cambio,volvía en la chata directo a Guatraché: un pueblo sin wi-fi ni cobertura de celular, a 172 km. de la capital de La Pampa, donde tenía un terreno que estaba desmalezando (“la garrapata más chica mide un metro”) para construirse otra casa.

“Antes que nada, soy conductor. Manejo más de lo que canto. Y esto es lo que siempre soñé: vivir muy lejos, en mi Provincia de Buenos Aires, donde hablan como yo", decía.

Embriagado de alegría

En el trayecto dijo: "Poyo, no polio . Porque si la unión latinoamericana es que vengan unos perucas a quedarse con la casa de mi abuela, no me cabe”, dice.

A lo largo del encuentro estaba embriagado de alegría, con la mirada fija, vidriosa, chispeante, atenta. Abrazaba y abrasaba: convidaba, aconsejaba, contaba chistes, reía, citaba lo que citaba habitualmente (José Larralde, Facundo Cabral, la Biblia, a sí mismo).

Ricardo Iorio
murió este martes 19 de octubre a los 61 años. Foto Rolando Andrade Stracuzzi Ricardo Iorio murió este martes 19 de octubre a los 61 años. Foto Rolando Andrade Stracuzzi

Gesticulaba, arrastraba las palabras y la lengua, respondía como quería, solicitaba preguntas, respetaba el silencio. Hacía semanas por fin había editado su demorado segundo disco solista, Tangos y milongas, con versiones del repertorio de Enrique Santos Discépolo, Cadícamo, Troilo y otros, interpretadas junto a los guitarristas de Edmundo Rivero, los hermanos Juan Carlos y Jorge Cordone.

-¿Qué ves del “caso Cromañón”?

-Que hay gente que no está por amor, sino por paracaidismo. Por supuesto que me sentí muy bien con que los muchachos (Callejeros) salieran en libertad, porque ellos no merecían estar ahí. No creo que tengan responsabilidad: el músico es músico, va a cantar. Y el artista no debe descender a las arenas políticas; yo no compro, no vendo, no cambio, no estorbo. Esto no es una manera de hacer política, lo pago yo.

-Ni militás para vos mismo.

-No, amigo, ni a palos. Solamente me saco las ganas. Por eso soy feliz. Ya estoy viejito, soy un hombre muy viejito. Y tengo poca calle. Invertí todo mi tiempo en difundir esta música que no se pasa en las AM, le dediqué toda mi vida.

-¿Te sentís lejos o cerca de tu público?

-Yo no creo que lo mío sea popular. Y los que me siguen son pocos, nadie, un puñado.

-¿Vale la pena por ese puñado?

-Vale la pena porque de acá comen 19 familias y es lo que sabemos hacer. De eso se trata. Y de entretener a las personas, siendo una de las bandas con más experiencia.

-Siempre al margen.

-Como tiene que ser. “Somos el barro que se subleva”, no somos hijos de músicos. Este país está lleno de grandes profesores... y yo no pasé ni por la vereda, men. Mis hijos ahora son músicos y me dicen: “Sus hijos son de familia de artistas”. Sí, me transformé en lo que odiaba (carcajea).

"Muerto voy a joder más"

-¿Cómo arrancó “Tangos y milongas”?

-Por diversión. Y por odio y rencor hacia quienes ignoran que tenemos una identidad nacional. Esto no es de Puerto Rico, ni Satélite Kingdom (sic, referencia a la banda de ska-reggae ). No tiene bandoneón, no es el mundial del tango. Cambié algunas letras porque los muchachos no saben de caballos, para enseñarles que la falopa no la inventaron Los Cafres ni Pity Alvarez.

De eso se trata el disco. De compositores fuera de catálogo, que son los que más me gustan. Yo también estoy fuera de catálogo, ahora mismo. Muerto voy a joder más. Jamás vi a Mercedes Sosa ni a Sandra Mihanovich en Sadaic. Yo soy (se golpea el pecho dos veces) autor, loco. Y me jacto de interpretar a otra gente.

En vivo, el gran Ricardo Iorio. Foto Rolando Andrade Stracuzzi En vivo, el gran Ricardo Iorio. Foto Rolando Andrade Stracuzzi

-¿Qué más sos?

-Un hombre que en el ocaso de su vida trata de dejar algo alegre, que motive y que dé aliento. Mi obra está dedicada a la reencarnación del espíritu. Y a expresar que a la deidad no le interesa por dónde vos hacés el sexo: lo que le importa es si sos buena gente o no. Que antes de que mueran papá y mamá, podamos bajar del colectivo con el bebé. Y saber que las tetas son para amamantar a la criatura, porque el que no tomó la teta... (chifla y tuerce las manos alrededor de su cara, desencajada por el gesto).

-¿Cómo intentás ser buena gente?

-Tratando de que no le falte nada a los que tengo alrededor, no dejar a mis pichones a merced de los vientos. Ni gastarla en las carreras. Yo no puedo jugar, porque sé qué número va a salir mañana y tengo miedo de que la deidad me diga: “Hijo de puta, con el hígado que te di encima querías ganar la lotería. No te llenás con nada”. Siempre tomé lo justo y lo necesario.

-¿No tenés ambiciones?

-No, ni tampoco difundí la falopa. Porque jamás tomamos cocaína. (Silencio largo). Tomamos remedios de Escalada. Placebos. Y siempre pagándolos, nunca de mangazo. Muchos millonarios de la música, que venden futilidades, nos encaran pidiéndonos... Escuchame, ¿qué me pedís falopa a mí si vos ganaste 60 millones de dólares cantando esa mierrrda? ¿Y sabés por qué no me drogaba ni me drogo? Por vergüenza a mis papás, loco. Vergüenza a no aprender lo que me enseñaron: estudiar, trabajar, hacer las cosas bien, tener limpita la casa, si se puede.

 

 

 

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