¿Estamos preparados para otra pandemia?

14:57 | Jueves 02 de Enero de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Hace cinco años, el mundo escuchó los primeros informes sobre una misteriosa enfermedad similar a la gripe que surgía de Wuhan, China, ahora conocida como Covid-19.

La pandemia que siguió provocó más de 14 millones de muertes y provocó una onda expansiva en la economía mundial. Alrededor de 400 millones de personas en todo el mundo han tenido COVID-19 prolongado. Los líderes mundiales, reconociendo que otra pandemia no era una cuestión de “si” sino de “cuándo” ocurriría, prometieron trabajar juntos para fortalecer los sistemas de salud globales.

Pero las negociaciones para un nuevo acuerdo contra la pandemia se estancaron en 2024, a pesar de que se identificaron más amenazas y emergencias de salud pública globales. Si surge una nueva amenaza de pandemia en 2025, los expertos aún no están convencidos de que podamos enfrentarla mejor que la última.

¿Cuales son las amenazas?

Si bien los expertos coinciden en que otra pandemia es inevitable, es imposible predecir exactamente qué, dónde y cuándo.

Con frecuencia surgen nuevas amenazas para la salud. Los líderes mundiales de la salud declararon que un brote de mpox en África sería una emergencia de salud pública internacional en 2024. Al finalizar el año, equipos de especialistas investigaban un posible brote de una enfermedad desconocida en una zona remota de la República Democrática del Congo, donde ahora se cree que se trata de casos graves de malaria y otras enfermedades exacerbadas por la desnutrición aguda .

Maria van Kerkhove, directora interina de preparación y prevención de epidemias y pandemias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está preocupada por la situación de la gripe aviar : el virus no se está transmitiendo de persona a persona, pero ha habido un número creciente de infecciones humanas en el último año.

Si bien existe un sistema de vigilancia internacional bien establecido que se centra específicamente en la gripe, la vigilancia en sectores como el comercio y la agricultura, en los que se mezclan seres humanos y animales, no es lo suficientemente exhaustiva, afirma. Y subraya que la capacidad de evaluar adecuadamente el riesgo “depende de la detección, la secuenciación y la transparencia de los países para compartir esas muestras”.

La pandemia de Covid-19 dejó a los sistemas de salud en todo el mundo “realmente inestables” y ha sido seguida por una larga lista de otras crisis de salud, dice. “La gripe estacional comenzó a circular, tuvimos una emergencia de MPOX, tuvimos Marburg , tuvimos cólera, tuvimos terremotos, tuvimos inundaciones, sarampión, difteria, dengue, Oropouche . Los sistemas de salud realmente se están derrumbando bajo el peso y nuestro personal de salud a nivel mundial realmente ha sufrido un duro golpe. Muchos se han ido. Muchos sufren de trastorno de estrés postraumático. Muchos murieron ".

Lo que la mantiene despierta por las noches, dice, es la “complacencia”, la preocupación de que la respuesta a una nueva amenaza se vea obstaculizada por “la idea de que ‘simplemente desaparecerá’ o ‘se apagará por sí sola’”.

¿Estamos haciendo algo mejor?

Según Van Kerkhove, el mundo nunca ha estado en una mejor posición en lo que respecta a la experiencia, la tecnología y los sistemas de datos para detectar rápidamente una amenaza. La expansión de las capacidades de secuenciación genómica a la mayoría de los países del mundo y un mejor acceso al oxígeno médico y a la prevención y el control de infecciones siguen siendo “grandes avances” después de la pandemia de Covid-19, añade.

Esto significa que su respuesta a la pregunta de si el mundo está preparado para la próxima pandemia “es sí y no”.

“Por otro lado, creo que las dificultades y el trauma que todos hemos atravesado con la COVID y con otros brotes, en el contexto de la guerra y el cambio climático y las crisis económicas y políticas, no nos permiten en absoluto afrontar otra pandemia”, afirma. “El mundo no quiere oírme decir en televisión que la próxima crisis está a punto de llegar”.

El mundo de la salud pública está “luchando por atención política, por espacio fiscal, por inversiones”, en lugar de que las naciones trabajen para mantenerse en “un estado constante de preparación”, afirma.

La solución a largo plazo, dice, consiste en “lograr el nivel de inversión adecuado, en lograr el sentido de urgencia adecuado y en asegurarse de que el sistema no sea frágil”.

¿Hay dinero disponible para la preparación ante una pandemia?

El ministro de Salud de Ruanda, Dr. Sabin Nsanzimana, tuvo que hacer frente a dos importantes brotes de enfermedades en 2024: la enorme emergencia de salud pública de África y 66 casos del virus de Marburgo en su propio país.

También es copresidente de la junta directiva del Fondo para Pandemias , creado en noviembre de 2022 como mecanismo de financiación para ayudar a los países más pobres a prepararse ante las amenazas emergentes de una pandemia.

Si la próxima pandemia llega en 2025, advierte: “Lamentablemente, no, el mundo no está preparado. Desde que terminó la emergencia de salud pública por la COVID el año pasado, demasiados líderes políticos han dirigido su atención y sus recursos hacia otros desafíos. Estamos entrando una vez más en lo que llamamos el ciclo de la negligencia. La gente está olvidando lo costosa que fue la pandemia para las vidas humanas y las economías y no está prestando atención a sus lecciones”.

Dice que el Fondo para Pandemias “necesita urgentemente más recursos para cumplir su misión”: ha recibido solicitudes de países de ingresos bajos y medios por un total de 7.000 millones de dólares (5.600 millones de libras esterlinas) para financiar inversiones en preparación y respuesta a pandemias, frente a los 850 millones de dólares disponibles.

¿Qué ha pasado en las conversaciones internacionales?

En 2022, la OMS inició las negociaciones para un nuevo acuerdo sobre pandemias que proporcionaría una base sólida para la cooperación internacional en el futuro. Pero las conversaciones no dieron resultados antes de la fecha límite inicial de la Asamblea Mundial de la Salud anual en mayo de 2024. Los negociadores ahora aspiran a que se cumpla la fecha límite de la reunión de mayo de este año .

Hasta ahora, las conversaciones han empeorado los niveles de confianza entre los países, dice la Dra. Clare Wenham, del departamento de política sanitaria de la LSE.

No hay acuerdo sobre lo que Wenham llama “el gran elefante en la habitación” del “acceso a los patógenos y la distribución de beneficios”: en esencia, lo que garantiza que los países más pobres tengan acceso a tratamientos y vacunas contra una futura enfermedad pandémica, a cambio de proporcionar muestras y datos que permitan crear esas terapias. Las investigaciones sugieren que un acceso más equitativo a las vacunas durante la pandemia de Covid-19 podría haber salvado más de un millón de vidas.

“Los gobiernos están tan distanciados que nadie está dispuesto a ceder”, dice Wenham, que sólo tiene diez días de negociaciones antes de la fecha límite de la Asamblea Mundial de la Salud. Aún quedan dudas prácticas sobre la viabilidad de lo que se propone, añade, “incluso si se superan los fundamentos de la renuencia de los gobiernos a ceder”.

Su evaluación es contundente: “Hemos tenido la mayor pandemia de nuestras vidas y estamos peor preparados que cuando entramos”.

Ella se encuentra entre los comentaristas que temen que cualquier acuerdo que se apruebe en mayo carezca de fuerza real, acordando sólo un marco de alto nivel y retrasando las decisiones más detalladas.

Pero quienes están involucrados en el proceso han refutado esa idea. Anne-Claire Amprou, copresidenta del Órgano de Negociación Intergubernamental de la OMS, dijo cuando las conversaciones de diciembre se acercaban a su fin: “Necesitamos un acuerdo sobre la pandemia que sea significativo, y lo será”.