Brote de sarampión en Buenos Aires: autoridades refuerzan vacunación tras caso importado

11:49 | Miércoles 14 de Mayo de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Un virus altamente contagioso y la importancia de la vacunación

El sarampión es una enfermedad viral extremadamente contagiosa. Según explicó el ministro Quirós, una persona puede contraer el virus al ingresar a una habitación donde estuvo alguien infectado hasta 20 minutos antes, especialmente si el lugar no está bien ventilado. Este nivel de contagiosidad resalta la necesidad de mantener altas tasas de vacunación para prevenir brotes.

En Argentina, la cobertura de vacunación contra el sarampión ha disminuido más de 15 puntos porcentuales desde antes de la pandemia de COVID-19. Para evitar la reintroducción del virus, es esencial que al menos el 93% al 95% de la población esté vacunada.

Operativos de vacunación en escuelas y centros de salud

Ante el brote actual, que ya suma 21 casos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) desde febrero, el Gobierno de la Ciudad ha desplegado operativos de vacunación en escuelas. Equipos de salud visitan diariamente instituciones educativas para revisar los carnets de vacunación y aplicar las dosis necesarias a los menores.

La estrategia incluye la aplicación de la vacuna triple viral, que protege contra el sarampión, la rubéola y las paperas, a niños de 12 meses y a los 5 años, según el Calendario Nacional de Vacunación. Además, se están aplicando dosis adicionales en áreas con circulación comunitaria del virus.

Llamado a la comunidad: revisar esquemas de vacunación

El Ministerio de Salud insta a la población a verificar sus esquemas de vacunación. Es fundamental que tanto niños como adultos estén al día con sus vacunas para evitar la propagación del sarampión. En caso de dudas, se recomienda acudir al centro de salud más cercano para consultar con profesionales.

La vacunación no solo protege a quienes la reciben, sino que también contribuye a la inmunidad colectiva, protegiendo a los grupos más vulnerables, como los lactantes menores de un año y las personas con sistemas inmunológicos comprometidos.