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Crisis humanitaria en Gaza: precios desorbitados y escasez extrema en medio del conflicto

La guerra en Gaza ha provocado un colapso económico sin precedentes. Productos básicos como harina, azúcar y pañales alcanzan precios irracionales, mientras la población lucha por sobrevivir sin acceso seguro a ayuda humanitaria.

Viernes 01 de Agosto de 2025

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12:36 | Viernes 01 de Agosto de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La Franja de Gaza atraviesa una de las crisis humanitarias más severas de su historia reciente, marcada por el colapso del sistema de distribución de ayuda y una inflación descontrolada que ha convertido la subsistencia en un desafío diario. Desde que Israel reconfiguró el sistema de ingreso de ayuda en mayo, con el objetivo de evitar que los recursos lleguen a manos de Hamas, el acceso a alimentos y productos esenciales se ha vuelto prácticamente imposible para la mayoría de los habitantes del enclave.

En este contexto, los mercados locales se han convertido en la única alternativa para adquirir bienes, aunque los precios son tan elevados que “pierden sentido”, según Arif Husain, economista jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. La Cámara de Comercio e Industria de Gaza ha documentado aumentos exorbitantes: el azúcar pasó de costar 0,89 dólares por kilo antes de la guerra a 106 dólares; la harina, de 0,42 dólares a 12 dólares por kilo; y los tomates, de 0,59 dólares a 30 dólares. En casos extremos, un saco de 25 kilos de harina llegó a costar 891 dólares el 20 de julio, bajando luego a 223 y subiendo nuevamente a 334 dólares en cuestión de días.

Los productos no alimentarios también reflejan esta distorsión: una pastilla de jabón cuesta 10 dólares (antes 0,59), un paquete de 40 pañales alcanza los 149 dólares (antes 8,61), y el diésel se vende a 36 dólares por litro (antes 1,87). La fórmula infantil, indispensable para bebés, cuesta 51 dólares por 400 gramos, en comparación con los 7,43 dólares previos al conflicto.

La situación se agrava por la dificultad para acceder a dinero en efectivo. Con los bancos y cajeros automáticos fuera de servicio, muchos palestinos recurren al mercado negro, donde las comisiones por cambio de moneda pueden alcanzar el 50%. Esta dinámica ha generado una “guerra de precios, hambre y sed”, según Ayed Abu Ramadan, presidente de la Cámara de Comercio de Gaza.

Mohammad Fares, un joven de 24 años que perdió su hogar en los bombardeos, relató que ha bajado más de 23 kilos desde el inicio de la guerra. Su familia ha tenido que recurrir a sus ahorros para comprar pequeñas cantidades de harina y lentejas, mientras que frutas y verduras se han vuelto inaccesibles. Fares también denunció que los centros de ayuda se han convertido en “trampas mortales”, donde se producen enfrentamientos violentos y disparos por parte de las fuerzas israelíes.

La inestabilidad en el suministro y las restricciones impuestas han generado una volatilidad extrema en los precios, que suben y bajan según la entrada de camiones con ayuda. Durante el alto el fuego de este año, los precios se redujeron brevemente, pero el bloqueo entre marzo y mayo volvió a dispararlos.

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