Opinión
Viernes 20 de Septiembre de 2019
Por Fernando Laborda
No es exagerado calificar como Operación Milagro la campaña del #Sísepuede que acaba de lanzar el propio Mauricio Macri en persona, pidiendo el apoyo de la ciudadanía para las elecciones del 27 de octubre e invitándola a participar de las marchas que se iniciarán mañana, en un ámbito amigable para la coalición oficialista como las Barrancas de Belgrano.
A juzgar por la historia política argentina, ya resultaría un logro institucional inédito que un presidente civil de extracción no peronista y elegido democráticamente concluya su mandato en tiempo y forma, algo que no ocurre desde 1928, cuando Marcelo T. de Alvear le entregó la banda a Hipólito Yrigoyen. Sería la primera vez que un mandatario con esas características fuese reelegido. Y también sería extraordinario que un presidente obtenga su reelección en un contexto de crisis socioeconómica como el actual.
Cuesta encontrar, por otra parte, antecedentes de remontadas épicas como la que debería protagonizar la alianza Juntos por el Cambio, tras ser superada por nada menos que 16,5 puntos en las primarias abiertas del 11 de agosto (49,49% contra 32,93% tomando los votos positivos de la elección de candidatos presidenciales). El caso más sorprendente entre nosotros tal vez sea el triunfo de Adolfo Rodríguez Saá en 2017, en las elecciones de senador nacional de San Luis, por 12 puntos sobre Claudio Poggi, luego de que este último se impusiera en las PASO con 16 puntos de ventaja. "Las PASO fueron una trompada. Tuvimos que leer los reglamentos del boxeo y aprendimos que si te cuentan hasta nueve y te levantás, no estás knock out", afirmó en aquel entonces el gobernador Alberto Rodríguez Saá, hermano de Adolfo.
¿En qué factores radica el margen para la ilusión macrista de remontar el resultado de las PASO? En primer lugar, hay que aclarar que nadie en la Casa Rosada está hablando seriamente hoy de dar vuelta el resultado de las PASO en octubre, sino en la posibilidad de achicar la diferencia para forzar un ballottage el 24 de noviembre entre Macri y Alberto Fernández. Para eso, el actual Presidente debería superar los 35 puntos y su rival, bajar a menos de 45.
Mientras Macri se escuda en que "la elección no sucedió" aún, minimizando ahora la relevancia de las PASO, y en el rendidor "Sí se puede", dirigentes oficialistas se refugian en tres factores para alentar la ilusión.
Frente a esta oleada de optimismo que, fundamentalmente desde la Presidencia y desde la Jefatura de Gabinete, se intenta insuflar, es inocultable que no pocos dirigentes de Cambiemos de la provincia de Buenos Aires se muestran escépticos e incluso ya están buscando reubicarse en el sector privado. Intendentes del conurbano y del interior de la provincia, asimismo, están organizando una logística tendiente a impulsar cortes de boletas para no ser arrastrados por una derrota de Macri que juzgan segura.
Mientras Macri, Marcos Peña y sus asesores se desvelan por recrear una mística que deje atrás el derrotismo, dos cuestiones complican sus planes. La primera está representada por los negativos datos que está arrojando y seguirá arrojando la economía hasta las elecciones.
Como si los efectos de la devaluación del peso y el aumento de la inflación no fuesen pocos, ayer el incremento de la tasa de desempleo al 10,6% en el segundo trimestre del año (un punto más que un año atrás) significó otro golpe para el Gobierno. Y un dato no menor es que creció el porcentaje de familias que necesita más ingresos para llegar a fin de mes. Algo que se advierte por el mayor número de personas que busca empleo (unas 200 mil más que un año atrás) y por el aumento del número de quienes están ocupados pero quieren trabajar más (alrededor de 400 mil más que en 2018).
Se trata de números que dan cuenta de un contexto de reducción del poder adquisitivo que explica el fenómeno del aumento del desempleo junto a una suba de la tasa de actividad, determinada por las personas que activamente buscan trabajo. Un contexto irreversible hasta la contienda electoral, que lastima las expectativas de la Operación Milagro.