Opinión
Jueves 09 de Julio de 2020
Por Jonatan Viale
Hoy el Gobierno aseguró que el país atraviesa el momento más crítico de la pandemia, pero también está llegando la otra pandemia: de quiebras, suspensiones, despidos, cierres y familias en la calle. Ante esto, se impone la necesaria búsqueda de un culpable y como siempre el que tiene todos los números es el periodismo. ¿Por qué hay que apurarse a buscar un chivo expiatorio? Porque en los primeros 2 meses de la cuarentena plena cerraron 18.500 empresas (bimestre abril-mayo), esto significa que, en promedio, bajaron la persiana más de 300 empresas por día. En consecuencia se profundiza el círculo vicioso de la economía".
"1 de cada 3 créditos tomados por fuera de los bancos tienen atrasos en su pago (BCRA). Sobre 4 millones de personas, 1.400.000 no está pudiendo cancelar la deuda extra-bancaria. El Ministro de Economía pasa 18 horas por día ocupándose de la deuda externa, pero ¿quién se ocupa de la deuda interna de las familias? Olvidate de la discusión de su la culpa es de la pandemia o de la cuarentena, eso es debate político. A vos lo que te importa es que en estos meses estás objetivamente peor".
"Se cae de maduro que la sociedad argentina está pasando un momento horrible. Es cierto que el muy buen laburo en el área de salud está salvando vidas, pero también está arruinando vidas para siempre. Ante esta situación nos preocupa que se estén buscando nuevamente culpables. En las últimas semanas cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta que el periodismo crítico está siendo atacado en la Argentina".
"El 22 de agosto del año pasado, a una semana de las PASO, en plena campaña presidencial, Alberto Fernández prometió que en Argentina se iba a terminar la guerra contra el periodismo. Pasó un año de esta frase, el país cambió por la pandemia, la pobreza y el desgaste. Es lógico que el periodismo y el poder no se lleven bien, es necesario que haya tensión, pero de la tensión a la venganza hay un límite que no se debe pasar. Los periodistas no son héroes, santos, infalibles o tienen sangre azul; pero sin ellos el fascismo se apodera de todo".