Opinión

Caiga quien caiga

Viernes 13 de Julio de 2018

Caiga quien caiga

Por Osvaldo Granados

La crisis cambiaria fue menos grave que otras, que supimos conseguir. ¿Por qué? Porque está acotada, limitada por el dólar. Hay tres clases de problemas: cambiario, financiero y deuda. La más suave es la cambiaria. Tiene su origen en el atraso del dólar y déficit fiscal y comercial. El desequilibrio entre las exportaciones e importaciones es clave. La financiera es más profunda. Escapa el dinero de los bancos y quiebra el sistema. Recordar el corralito.

Cuando no se pueden pagar los intereses de la deuda y no se puede renegociar, entramos en default y nos aislamos del mundo. La diferencia entre las tres es la profundidad de las mismas y la velocidad. El dólar se devalúa, se le suelta la “cadena” y busca un techo. A 25.- pesos, donde quería frenarlo el expresidente del Banco Central, no fue suficiente.

No hubo corrida en los depósitos. Fue al revés, en junio había 1.000.- millones de dólares más en los bancos. La salida fue de inversores extranjeros que vendieron sus Lebacs, compraron dólares y se fueron a otra parte.

En la crisis del Tequila en México, el presidente del Banco Central de Carlos Menem, Roque Fernández, liquidó en medio de la crisis, 48 bancos. Tuvieron que bajar el gasto drásticamente y el IVA subió de 18 % a 21 %. Pocos meses después, Menem ganaba las elecciones con el 54 % de los votos.

Los operadores dicen hoy que alrededor de 29.- pesos, el dólar esta cómodo, pero nunca más se puede atrasar. La clave para 2019 es ordenar fiscalmente el país y cumplir con ese 1,3 % de déficit que se le prometió al FMI.

¿Cómo será el ajuste? Parte del ajuste viene de la mano de la inflación. Las licuaciones controladas no existen. El mercado sobreactúa, por lo tanto, una vez que decidieron soltarle la cadena al dólar, tenés que demostrarle al mercado que podés sostenerlo en algún lugar. La inflación este año entre el 28 y 30 %. Sueldos privados en paritarias 25 %; sector público 20 %. Allí se está haciendo el ajuste. Con una devaluación del 50 %, se provoca una baja de los sueldos medidos en dólares.

El acuerdo con el FMI permitió que el ajuste sea menor y más ordenado. Con su ausencia, posiblemente el billete superaría los 40.- pesos. A veces, las cosas se hacen porque no quedaba otra. Así de simple. 

¿Por qué se detuvo la corrida? No tanto por la tasa a más del 40 % y sí mucho más porque se está secando la plaza de billetes.  Con menos agua en la pecera, los peces se mueven con mayores dificultades.

La cantidad de circulante que el año pasado crecía al 38 %, este año lo hace al 23 %. Ahora, más tranquilos, se hace control de daños. Ninguna corrida es gratis. 

Preguntan: ¿Cuánto durará la recesión? ¿Qué profundidad va a tener? Los más optimistas señalan que a fin de año estaremos saliendo. Los pesimistas señalan a marzo o abril como dos meses claves para salir de la recesión. 

¿Cuál es la gran esperanza del gobierno? Una cosecha récord. Las provincias vinculadas al campo estarán mucho mejor que en el Gran Buenos Aires. Los analistas además tienen en cuenta que el año que viene se vota a presidente. Dicen que unos meses antes se van a dar algunos anabólicos.

El ministro de economía hizo un viaje rápido a Wall Street. La clave es dar tranquilidad. Dijo que de acá hasta diciembre de 2019 vamos a necesitar solo 8.000.- millones de dólares, y que se van a conseguir en el Mercado Local. Pero todos saben que el sector agropecuario es la clave. Hace un año que se habló de la mayor sequía en 50 años. Salvo la agroindustria nadie fabrica dólares.

Ahora se habla de cosecha récord y que los primeros dólares llegarán al final de la primavera. Los más optimistas apuntaban a 143 millones de toneladas y un total de 30.000.- millones de dólares hasta diciembre de 2019. El Gobierno dice que no se puede negociar con nadie de la oposición porque no hay un jefe. El peronismo negociador quiere participar pero del otro lado los van a acusar de estar vendidos al FMI y eso los condiciona.

Los únicos que piensan que ganan si hay una catástrofe son los ultra K y el Partido Obrero. Ellos van a jugar a todo o nada. El Gobierno sabe que la calle estará complicada pero la única carta es el número mágico: 1,3% de déficit en 2019. Caiga quien caiga.