Sociedad

El director de la Fundación Sí rompió el silencio sobre la violencia que sufrió en torno a su orientación sexual

Dio un desgarrador testimonio tras los dichos homofóbicos de Nicolás Márquez, autor del libro "Milei, la revolución que no vieron venir".

Miércoles 08 de Mayo de 2024

13:29 | Miércoles 08 de Mayo de 2024 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

A pesar de estar en el siglo XXI, aún se ven actitudes homofóbicas en la diaria, como lo fueron los dichos de Nicolás Márquez, biógrafo de Javier Milei, tras declarar en varias oportunidades que la homosexualidad es una conducta insana. Frente a ello, Manuel Lozano, director de la Fundación Sí, contó el calvario que vivió toda su vida debido a su orientación sexual: “Pedía por favor no ser gay”

Dicha ONG, dedicada hace alrededor de 12 años a busca la inclusión de los jóvenes más vulnerados del país, lleva adelante proyectos tanto educativos como apuntados a la contención. Su fundador, durante su paso por Perros de la Calle (FM Urbana Play), le respondió al "amigo de Milei": “Dijo cuestiones que me parecieron muy terribles. Y no podía no responderle. Sentía que si no decía esto no podía venir a la radio".

"Entre las cosas que dijo, dijo que los homosexuales somos insanos, invertidos, con tendencia a la destrucción. Que tenemos 7% más de probabilidad de estar en las drogas, 14% más en el índice de suicidio, que el 75% de las personas que tienen alguna enfermedad de transmisión sexual somos homosexuales, que tenemos 4 veces más propensión al alcoholismo. Y que la perspectiva de vida que tenemos es 25 años menor y de mucha infelicidad", señaló indignado. 

El relato de Manuel Lozano: "Me explicaban cómo suicidarme"

De este modo, se animó a relatar su propia experiencia: “No voy a discutir los números con Nicolás, primero porque no los conozco, y es probable que alguna de esas cifras sea real. Pero le quiero decir, desde adentro y en primera persona, algunas cosas. De chico, y desde que tengo memoria, siempre fui el abanderado de la escuela. Para algunos, eso era algo que los ponía contento".

"Para mí, era una tortura. Porque pasar de donde estábamos en la hilera a donde estaba la bandera, implicaba 12 metros, en donde todos me gritaban ‘puto’. En cada uno de mis cumpleaños, de todos los que me acuerdo, uno de mis tres deseos era pedir por favor no ser gay", contó. 

"Jamás se lo conté a nadie y jamás lo viví hasta los 20. Cuando por fin me animé a contarlo, mis papás pensaban lo mismo que vos, Nicolás, que era sinónimo de infelicidad y me llevaron a un psicólogo. Un psicólogo mal elegido que dijo que yo estaba enfermo y que prometió cambiar mi sexualidad. Durante más de 100 días, todas las mañanas cuando me levantaba, lo primero que leía era un correo de este psicólogo explicándome la técnica que yo tenía que utilizar para suicidarme. Y me argumentaba por qué”, continuó leyendo la carta que preparó para el programa.

El resto de los presentes se mantuvieron callados y con los semblantes duros, sin poder creerlo. “Cuando llegaba a mi casa, mi familia se iba para no verme. A mi hermana la mandaron a estudiar a otra ciudad, para que no viva conmigo, por homosexual. Cuando llegaba a las sesiones con este tipo, me hacía esperar más de dos horas en la puerta. Y después mandaba a su secretaría con un papelito en la mano que decía: ‘No sos digno de que yo te atienda’. ¿Qué es peor que lo que él hacía? Que yo me lo creía”, sumó, con la voz entrecortada. 

"¿Somos la población con la mayor tasa de suicidio? Puede ser, es probable. Pero no porque seamos insanos, sino porque discursos como el tuyo (Nicolás Márquez) nos enseñaron que no somos valiosos y que éramos la escoria de esta sociedad. ¿Sabías que hay muchos homosexuales que sufrimos nosofobia? Que durante muchísimo tiempo, después de cada relación sexual, salimos corriendo a hacernos un análisis porque nos educaron creyendo que los homosexuales éramos los sidosos", continuó leyendo su carta.

De esta forma, Lozano volvió a cuestionarse: "¿Tenemos conductas autodestructivas? Puede ser, puede ser, nos enseñaron que no nos merecíamos que nos quieran”, agregó el director de la ONG, mientras el resto continuaba en silencio escuchando los calvarios que vivió por años. 

"Yo no te conozco, Nicolás, ni te juzgo. Inclusive, te diría que puedo entenderte. Si hay algo que me enseñó la Fundación es intentar entender cada una de las formas de pensar. Porque, además, si yo que soy homosexual, que lo vivo y lo siento, alguna vez pensé igual que vos, entiendo que no puedas entenderlo. Tampoco voy a pedirte que cambies de opinión, porque no sé si es mi rol. Pero si quiero pedirte empatía, amorosidad y, sobre todo, responsabilidad. Responsabilidad que tenemos todos los que tenemos el privilegio de tener un micrófono adelante. Porque uno nunca sabe quién está escuchando, y por eso elegí decir esto hoy”, añadió con un nudo en la garganta de la angustia. 

 

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