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Denunció que fue abusada por un cura hace 22 años y la Justicia resolvió que la causa no prescribió

La mujer señaló que la agresión sexual tuvo lugar ocurrió en la localidad catamarqueña de Hualfín, cuando tenía 9 años. La insólita defensa del acusado.

Jueves 22 de Agosto de 2019

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11:14 | Jueves 22 de Agosto de 2019 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La historia se dio a conocer el pasado 12 de diciembre. Ese día, I., una mujer de 31 años oriunda de la localidad de Hualfín, provincia de Catamarca, se animó a denunciar públicamente a través de las redes sociales y luego ante la justicia, que fue abusada por el cura Moisés Pachado cuando tenía nueve.

El relato de la joven es desgarrador. Todo habría ocurrido en el año 1997, cuando el sacerdote oficiaba como párroco del pueblo, en la Capilla Nuestra Señora del Rosario. Según I., un domingo, después de misa, Pachado le pidió que la ayudara a acomodar la sacristía para luego obligarla a que le practicara sexo oral. La nena apenas pudo pedirle que no lo hiciera y, en medio de lágrimas, se fue corriendo a casa. El hombre llegó a decirle que no lo delatara y que ese iba a ser su secreto.

"Un día domingo después de misa él me pide que me quede a ayudarle a acomodar todo en la sacristía. Acepto y en eso viene por detrás y me besa, después me lleva a su dormitorio, me obliga a que le practique sexo oral, me baja el pantalón y toca mis partes íntimas, le pedía que no lo haga mientras lloraba. Me dice que era un secreto y no lo podía decir a nadie. Salí corriendo, me subí el pantalón como pude. Llegué muy consternada a casa", contó.

Ese mismo día la niña habló con su mamá, le contó lo que pasó pero la mujer no le creyó. "Ella me pidió que me baje el pantalón. Después entendí que como no había habido penetración, no encontró restos de semen y creyó que era una mentira", señaló. Es que el vínculo entre la familia de I. y el párroco era muy cercano. En la carta que escribió la joven se detalla que el sacerdote visitaba su casa con cierta frecuencia. De hecho, cuenta, el hombre se ganó la confianza dentro del hogar de la chica.

"Este sujeto llegaba a mi casa con toda la confianza del mundo, siempre era muy bienvenido por todos, cocinaban para él, ponían el mejor mantel y lo más delicado para semejante bestia", detalló. Después de conocerse el caso, Pachado habló en una radio local y ratificó el vínculo. "La madre de esta señora (por la denunciante) era muy buena colaboradora de la parroquia. Era directora de la escuela de Hualfín y tenía todas las herramientas para comprobar el hecho, si hubiese pasado. Conocía todos los protocolos que hay que hacer en estos casos", se defendió el religioso.

I. denunció al cura en la Fiscalía de la Tercera Circunscripción Judicial del departamento de Belén. En julio, la Cámara de Apelaciones de Catamarca rechazó un pedido de prescripción presentado por la defensa de Pachado, por lo que el expediente regreso a la Fiscalía y sigue la investigación.

Ocho meses después de aquella confesión, el acusado brindó una conferencia de prensa, en la que negó los dichos de la joven. Dijo que se trata de una falsedad, que lo denunciaron "por moda" y apuntó contra la "ideología de género".

"Quiero sostener y ratificar completamente mi inocencia respeto de las denuncias efectuadas en mi contra. Antes no me expresé por respeto a la misma justicia. Sin ninguna duda va a surgir que las acusaciones son falsas", dijo Pachado.

Acompañado por su abogado defensor, Roberto Mazzuco, sostuvo que su conducta "es intachable". "Está de moda denunciar, sobresalir, defender ideologías y rechazar a la iglesia, a lo bueno y a las instituciones. Algo de eso hay, con el tema de la ideología de género, por ejemplo", aseguró.

I. hoy está casada, tiene tres hijos y vive en Tucumán. Según se puede observar en su perfil de las redes sociales, es una militante activa por los derechos de las mujeres y en especial por el aborto. Según su mensaje, se animó a contra lo que le pasó después de ver lo que ocurrió con la actriz Thelma Fardín y que lo hace para que otras víctimas de abuso hagan lo mismo.

"Pensé mucho tiempo hacer esto público, desde aquella primera marcha al lado de mis hermanas feministas, ese día que recordé con lágrimas lo que me pasó en Hualfín siendo niña. Recién hoy cuando escucho a una actriz llorar con tanta angustia una violación es que termino de decidirme. No es fácil, para nada fácil de llevar una marca en el cuerpo para toda la vida, no sé si alguna vez dejaré de llorar al recordarlo", dijo.

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