Y aseguró que el acto de intolerancia de su agresor, que fue identificado como Diego Bussolini, lo ve replicado en la sociedad. “Esto es lo que estamos viviendo en Argentina: la intolerancia, el destrato, la indiferencia hacia el otro. Y, sobre todo, creo que fue injustificable: nada justifica la violencia”, manifestó.
Además, expresó su sorpresa por lo vivido, ya que sus móviles se caracterizan por ser descontracturados y ser bien recibidos por el público. “Fue una situación que no me esperaba. No estoy acostumbrado a este tipo de actitudes de la gente para conmigo, pero vivimos en un mundo de intolerancia”, aseveró.
En referencia a las cuestiones políticas que Bussolini le reclamaba, Robertito respondió sin vueltas: “No hago política ni me dedico a la política, pero evidentemente este hombre me agredió no solamente con el lugar donde trabajo hace trece años, sino que también se metió con mi vida. No corresponde”. Y agradeció por el apoyo y cariño recibido tanto de los trabajadores de los medios de comunicación como de su público.