Deportes

Descubren un mecanismo del cerebro que explicaría una habilidad de Leo Messi

Un grupo de científicos logró dilucidar cómo hace el campeón argentino, Lionel Messi, para hacer asistencia de goles en los partidos, sin mirar previamente al jugador a quien le pasará la pelota.

Jueves 23 de Mayo de 2024

15:00 | Jueves 23 de Mayo de 2024 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Una de las grandes habilidades del campeón del mundo Lionel Messi es sin duda su capacidad de hacer asistencia de goles sin haber mirado previamente a qué jugador de su equipo le pasa la pelota. Lo hizo recientemente en el partido del Inter Miami contra los New York Red Bulls, pero no fue esa la primera vez en concretar esa jugada tan elogiada.

¿Cómo hace Leo Messi para saber dónde tiene un compañero sin levantar la vista? Un reciente estudio realizado por científicos de la Universidad de Pekín (China) en colaboración con el físico argentino Emilio Kropff, de la Fundación Instituto Leloir (FIL) podría dar una explicación a esta habilidad del crack argentino.

La investigación involucró el estudio del mecanismo en el cerebro de ratones y fue publicado este mes en la revista especializada Nature Communications. En la misma se descubrió una subzona del hipocampo llamada CA1, que es capaz de generar al mismo tiempo múltiples representaciones espaciales, de uno mismo y de los demás, favoreciendo al “yo” como punto de referencia.

La experiencia y el aprendizaje permiten definir y mejorar esas habilidades socioespaciales, según comprobaron los científicos.

Emilio Kropff, jefe del Laboratorio de Fisiología y Algoritmos del Cerebro de la Fundación Instituto Leloir y uno de los autores artículo, explicó a la Agencia de Ciencia y Tecnología que recién en el año 2018 se demostró por primera vez que dicha área del cerebro, que usamos para formar y almacenar mapas de nuestro entorno, y que es fundamental para orientarnos, también se utiliza para representar la posición de congéneres.

"Esto fue muy importante porque evidenció que usamos las mismas estructuras para representarse a uno mismo y a los demás y se llegó a sugerir que podía tratarse de algo parecido a las neuronas espejo”, precisó el científico.

Sin embargo, aclaró que para esos estudios se habían utilizado ratones pasivos, que simplemente observaban, por lo que "quedaba abierta la pregunta de si realmente uno representa la posición del otro usando al ambiente como referencia (por ejemplo, donde está parado en la cancha respecto del arco) o si, por el contrario, lo hace respecto de uno mismo", aclaró.

Es por esta razón que Kropff y un grupo de la Universidad de Pekín liderado por el doctor Chenglin Miao llevaron adelante otros experimentos con ratones hembras, que tenían la libertad de desplazarse e interactuar dentro de un ambiente abierto. El físico argentino dirigió el análisis de los datos y ayudó a diseñar la parte experimental que se llevó a cabo en China. 

“Lo que descubrimos es bastante sorprendente: al parecer, en el hipocampo coexisten múltiples perspectivas del otro, utilizando distintos marcos de referencia. Y esto es un concepto novedoso”, resaltó.

“Uno podría pensar que la ventaja es que cambian los distintos tipos de interacciones que puedo mantener con ese otro: a un arquero es mejor representarlo en relación al ambiente, porque si se alejó del arco me conviene patear, por ejemplo; en cambio, a mi compañero tal vez me conviene representarlo en relación a mí, para saber hacia qué lado tengo que hacer un pase”, graficó utilizando como base de su teoría el fútbol.

Según el estudio, entre estas múltiples perspectivas que pueden “encenderse” al mismo tiempo en el hipocampo, se destaca lo que llaman “vector social egocéntrico”, que está presente en un mayor número de neuronas. “En esta perspectiva importa más donde está parado el otro respecto a uno que la información acerca del entorno; pero no solamente en cuanto a qué distancia está de mí, sino también a que ángulo en relación a dónde apunta mi cabeza”, precisó Kropff.

Para poder evaluar si esas representaciones son estáticas o cambian con el entrenamiento, los científicos adiestraron a los ratones para que se persiguieran y cuando alguno alcanzaba a otro, le daban una recompensa. Así, vieron que a medida que los ratones aprendían y se volvían más eficientes en la persecución, sus representaciones de “vector social egocéntrico” mejoraban. Es decir, que el entrenamiento agudizaba la representación del otro.

“Esto no sucede porque aumenta el número de neuronas de esa representación, sino porque las respuestas se van optimizando. Además, el estudio muestra, por primera vez, que las representaciones del otro en el hipocampo del mamífero son plásticas y pueden ser mejoradas con el entrenamiento en tareas sociales, en las que saber dónde está el otro puede llevarme a mayores recompensas”, resaltó Kropff.

La investigación permitió contribuir al entendimiento acerca de "cómo nos representamos unos a otros en situaciones sociales”, destacó el científico argentino.

Además, a modo de conclusión, subrayó: “A largo plazo,  podría ayudarnos a comprender lo que ocurre en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, en las que lo primero que se ve afectado es el hipocampo. También, podría tener impacto en el área de la inteligencia artificial, para diseñar máquinas capaces de interactuar con nosotros en un ambiente doméstico”.

 

<

Top Semanal

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR

LOCALES

NACIONALES

INTERNACIONES

DEPORTES

SOCIEDAD

FARÁNDULA