La presidenta electa del PJ Nacional suma actividades en el conurbano bonaerense, donde el kirchnerismo apuesta a defender su poder territorial. El reproche de sus detractores
13:18 | Sábado 09 de Noviembre de 2024 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
El salto de Cristina Kirchner al conurbano bonaerense es una muestra clara y precisa de lo que será su agenda política en los próximos meses, del lugar que ocupará en la vida interna del peronismo y del manejo de la especulación que hará respecto a la posibilidad de que sea candidata a diputada nacional el año que viene.
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La ex presidenta empezó a acumular actividades en la provincia de Buenos Aires como si estuviera llevando adelante una campaña electoral. Quizás así sea. Nadie lo puede confirmar ahora. Un intendente bonaerense con largo recorrido lo explicó con simpleza: “Va a ser candidata hasta último momento. Así mantiene a todos mirándola hasta el final”.
Ese movimiento que el experimentado dirigente planteó es el que ha sabido realizar CFK en otros momentos de su carrera política. Da señales de que va a jugar electoralmente, pero no brinda definiciones. El año pasado fue una excepción. En reiteradas oportunidades se encargó de dejar en claro que no iba a competir por el premio máximo e intentó abrirle la puerta a uno de sus hijos políticos: Eduardo “Wado” de Pedro.
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A partir de ahora su futuro electoral atravesará a todo el peronismo. ¿Jugará o no jugará el año que viene? ¿Habrá solo una lapicera para armar las listas? ¿Qué rol tendrá Axel Kicillof? ¿Y Máximo Kirchner? ¿Si ella compite, también competirá Sergio Massa? CFK va a marcar el eje del debate interno. Con ella o sin ella. La magnitud de su figura, aún desgastada, ordenará la discusión a su alrededor.
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Sus detractores internos aseguran que su presencia en el escenario político es una de las mejores noticias que ha recibido Javier Milei en el último tiempo. La ex mandataria sigue teniendo un fuerte nivel de rechazo en las encuestas y el Presidente la ha elegido como su principal enemiga pública en varias oportunidades. Prefiere la confrontación con ella. La elige. Está seguro que le suma más de lo que le resta.
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Sus seguidores están convencidos de que es la única que tiene la capacidad de convocar al Partido Justicialista (PJ) a todos los sectores, revitalizarlo con una agenda nutrida de actividades y reuniones, y reactivar la discusión interna de todo el peronismo. Sea para apoyar sus iniciativas o para criticarlas. De cualquier forma, el partido se pondrá en movimiento. Por momentos parece una utopía, porque hay una parte importante del peronismo que no le responde, como la CGT, algunos gobernadores y un sector de los movimientos sociales.
El desafío que CFK tiene por delante es ponerse por encima de las diferencias internas y dar una muestra consistente de que realmente quiere construir una alianza más amplia. Va a tener un corto plazo para que su intención pública se materialice. No porque ella no tenga el tiempo para hacerlo, sino porque hay muchos dirigentes que están seguros de que terminará encerrándose con los propios, los de siempre, y no habrá nada nuevo para mostrarle al electorado.
En las últimas semanas, la ex mandataria tuvo actividades en La Matanza, Avellaneda, Lomas de Zamora y Lanús. Una visita a una parroquia donde trabaja uno de los curas villeros más reconocidos, una conversación con empresarios pymes, una recorrida por una planta de reciclado de plástico y cartón, y una visita a un centro infantil. Una agenda que, si se extrapola a una etapa previa a las elecciones, tranquilamente podría ser la de una campaña electoral.
Cristina Kirchner durante su visita a La Matanza, el lugar del conurbano donde decidió desembarcar primero
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“En el último mes, Cristina estuvo con más trabajadores que Milei en todo el año. El Presidente no conoce la realidad argentina. Desde que asumió no pisó ni una fábrica, ni una industria, ni un barrio”, explicaron cerca de la ex presidenta, que se posiciona como la principal rival del jefe de Estado en el campo de batalla político.
CFK tenía pensado hacer recorridas más políticas -plenarios, reuniones y pequeños actos- como parte de la campaña para ser presidenta del PJ. Pero sin comicios internos por delante, se volcó al conurbano para retomar el contacto cara a cara con la gente. No es casualidad el lugar elegido. Es el punto geográfico donde el kirchnerismo tiene concentrado la mayor parte de su poder. El lugar donde debe defender las bancas legislativas que le permiten tener capacidad de influencia.
“Con Cristina sentada en Matheu se deberían empezar a resolver varias de las diferencias internas. Y se empezará a crear un nuevo dispositivo político, una nueva organización y una nueva estrategia. Y una vez que se pueda ordenar adentro, empezar a sumar desde afuera”, sostuvo un importante dirigente de La Cámpora, que cree que el desembarco de la ex presidenta en el PJ puede generar un poco de tranquilidad dentro de la agitada vida de la coalición.
La dirigencia del peronismo que quedó alineada detrás del proyecto político de Ricardo Quintela, que ahora busca erigirse como un referente del peronismo federal en el interior del país, cree que la ex presidenta se está encerrando en el conurbano de la mano de la organización política que conduce su hijo. Y que por defender su proyecto político, está perdiendo la capacidad de tener una mirada más amplia sobre lo que sucede en las provincias.
El “Gitano” quiere bajar los niveles de confrontación con el kirchnerismo. Dar por cerrada la etapa de discusión que tuvo con Cristina Kirchner en el PJ y desea enfocarse en la construcción una corriente interna del peronismo. Una estructura paralela a los K que contenga a dirigentes que están dispersos por las provincias, donde el camporismo no tiene demasiada ascendencia. Un camino distinto para llegar al mismo lugar.
Cristina Kirchner y Axel Kicillof tienen una relación fría y distante (Aglaplata)
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La discusión de fondo que hay en el kirchnerismo respecto a los movimientos de CFK es si con esta nueva etapa de fuerte protagonismo, no termina taponando la renovación del espacio político. “Mientras ella esté en el centro de la escena, será muy difícil que Kicillof crezca”, reflexionó un legislador bonaerense. Esa idea está flotando todo el tiempo en un sector del peronismo donde ven al Gobernador como la opción más firme para liderar una opción electoral en el corto plazo.
El liderazgo de CFK quizás sirva para ordenar este momento del peronismo, pero no para construir una opción electoral en el correr de los próximos años. Así lo piensan algunos dirigentes de Unión por la Patria (UP). Solo el tiempo y su muñeca política podrán explicitar la respuesta. Ordenar a los propios es un trabajo sencillo, pero armar una alternativa compacta y amplia, luego del fracaso del Frente de Todos, es un objetivo de alta dificultad.
Las diferencias entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof en algún momento tendrán que saldarse. Porque transitar dos caminos separados es perjudicial para ambos, dividirían apoyo dirigencial y los votos. No parece ser una opción viable, más allá de las tensiones internas que afloran cada semana y la sensación de que todo se romperá en mil pedazos.