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Hallan 20 cadáveres, cinco de ellos decapitados, en el estado mexicano de Sinaloa

La batalla entre chapitos y mayitos por el control del cartel más grande de México continúa, y representa un desafío para la política de Seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Lunes 30 de Junio de 2025

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22:00 | Lunes 30 de Junio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

La guerra libran desde hace casi un año las diferentes facciones del cartel de Sinaloa dejó este lunes uno de sus episodios más sangrientos.
 
La Fiscalía del estado en el noroeste de México confirmó el hallazgo en una carretera de cuatro cuerpos decapitados colgados de un puente y de 16 más dentro de una camioneta.
 
"En el lugar de los hechos, sobre el puente, fueron localizados cuatro cuerpos decapitados, así como una bolsa que contenía cinco extremidades cefálicas", informó la entidad.
 
"Al interior de una camioneta, se localizaron quince cuerpos completos y un cuerpo decapitado. Todas las víctimas son del sexo masculino y presentan indicios de heridas por proyectil de arma de fuego", añadió.
 
Las autoridades también dijeron haber encontrado una tela con mensajes escritos en la que el asesinato se atribuye a la facción de "Los mayitos", que se enfrenta a "Los chapitos" por el control del cartel de Sinaloa, uno de los más poderosos del mundo.
 
Tras la detención en julio de 2024 de Ismael "El Mayo" Zambada, uno de los líderes y cofundadores del cartel, en Culiacán se inició una guerra entre sus herederos y los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, la otra cabeza importante del grupo.
 
Según la Fiscalía, desde que se inició el conflicto, que se ha extendido a los estados aledaños, alrededor de 2.000 personas han sido asesinadas o desaparecidas.
 
El conflicto en Sinaloa se ha vuelto uno de los focos de la estrategia de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para hacer frente a la violencia que asola a su país.
 
Rubén Rocha Moya, Sheinbaum y  AMLO. 
Getty Images
El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya (dcha), es aliado de Sheinbaum (izq.) y del antecesor de esta, Andrés Manuel López Obrador.
Una guerra que no tiene fin
El cartel de Sinaloa fue uno de los pioneros, en los años 70, en aprovechar la demanda por drogas ilícitas en Estados Unidos.
 
En ese momento, Guzmán y Zambada eran socios.
 
El primero se dedicó a montar un ejército para defender su red de narcotráfico y el segundo a tejer alianzas con políticos y empresas que permitieran la consolidación de una agrupación criminal con más actividades que el tráfico de estupefacientes.
 
Medio siglo después, el cartel de Sinaloa es una de las organizaciones del crimen organizado más grandes del mundo, con representación en prácticamente todos los continentes.
 
A medida que su poder ha ido creciendo, las escisiones y las luchas internas se han sido cada vez más frecuentes, sobre todo tras la detención o el asesinato de algunos de sus altos cargos.
 
Zambada, de 77 años, nunca había pisado una cárcel, era el líder natural de la organización y su detención en Estados Unidos hace casi un año marcó un punto de inflexión en el historial de la organización.
 
Aunque los detalles de su arresto no son del todo conocidos, la versión más aceptada es que uno de los hijos de Guzmán lo engañó y lo entregó a las autoridades estadounidenses como parte de una amplia negociación para lograr beneficios judiciales.
 
Joaquín Guzmán fue extraditado a EE.UU. y recibió en 2019 una condena de cadena perpetua en una corte en Nueva York.
 
Sus hijos Ovidio y Joaquín también están encarcelados en Estados Unidos y colaboran con las autoridades en busca de una rebaja de sus penas, mientras que otros dos de sus vástagos, Iván y Alfredo, siguen en México y lideran la disputa con "los mayitos".
 
Ismael Zambada Sicairos, alias "Mayito Flaco", es quien lidera a facción rival.
 
Violencia en Sinaloa
Getty Images
La guerra entre chapitos y mayitos asola al estado de Sinaloa desde hace casi un año.
Impacto en Washington
La emergencia en Sinaloa se ha convertido en el mayor desafío para el gobierno de Sheinbaum.
 
Su secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ha pasado gran parte de este año en el estado y ha logrado allanamientos, desmantelamiento de laboratorios y decenas de arrestos.
 
Y en febrero capturaron a dos importantes colaboradores de los hijos de Guzmán.
 
Aunque el gobierno dio a conocer cifras que mostraban una reducción de los homicidios, las desapariciones han aumentado exponencialmente. Y cada semana surge un nuevo suceso trágico que recuerda a los mexicanos, y al mundo, que la crisis de violencia está vigente.
 
La emergencia de seguridad, y la sensación de que la violencia en México está desatada, tiene implicaciones en la mesa de negociación que el país mantiene con el gobierno de Donald Trump.
 
El mandatario estadounidense usa cualquiera de estas noticias para alimentar su teoría de que México exporta la violencia hacia Estados Unidos y que su ejército debería cruzar la frontera para ayudar a las autoridades mexicanas.
 
En la mesa, además, se negocian medidas comerciales y migratorias que, desde la llegada de Trump, son tratadas a la par que los temas de Seguridad.
 
México ha militarizado la frontera, enviado una treintena de capos a Estados Unidos y arreciado su política antidrogas con mano dura.
 
Pero, en la medida en la que se produzcan casos como el reportado este lunes en Sinaloa, el margen de maniobra del gobierno de Seinbaum se sigue reduciendo.
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