La confesión del asesino de John Lennon se dio en su decimocuarta solicitud de libertad condicional, que fue rechazada por falta de "remordimiento genuino".
10:31 | Sábado 25 de Octubre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
A casi 45 años del trágico asesinato de John Lennon, el homicida Mark David Chapman volvió a admitir ante la junta de libertad condicional el motivo egoísta que lo llevó a cometer el crimen. En una audiencia celebrada a finales de agosto, Chapman reconoció que mató al exintegrante de The Beatles movido por una "patética necesidad de ser alguien" y alcanzar la notoriedad.
Chapman atacó a Lennon frente al edificio Dakota.
Chapman atacó a Lennon frente al edificio Dakota.
Archivo MDZ
La revelación de Chapman ante la junta del Green Haven Correctional Facility, en Nueva York, reforzó la idea de que el crimen fue impulsado por su propia ambición. Las autoridades concluyeron que esta motivación egoísta, sumada a la falta de "remordimiento genuino ni empatía significativa" hacia su víctima, llevaron a que su solicitud de libertad condicional fuera rechazada por decimocuarta vez.
La confesión de Mark David Chapman: "Quería ser famoso"
Según la transcripción de la audiencia obtenida por The New York Post, el asesino fue muy claro al explicar su móvil: "Esto fue por mí y solo por mí, desafortunadamente, y tuvo todo que ver con su popularidad. Mi crimen fue completamente egoísta".
El crimen fue motivado por su deseo de fama.
El crimen fue motivado por su deseo de fama.
Shutterstock
La figura de John Lennon se convirtió en un objetivo debido a su fama mundial. Chapman explicó que su deseo de notoriedad era tan fuerte que lo llevó a un punto de obsesión. "Quería ser famoso, ser algo que no era. Y luego me di cuenta de que había un objetivo aquí: no tenía que morir; podía ser alguien. Había caído tan bajo", reconoció el homicida durante la audiencia más reciente.
El crimen ocurrió el 8 de diciembre de 1980, cuando Chapman, entonces de 25 años, disparó cuatro veces por la espalda a Lennon frente al edificio Dakota, en el Upper West Side de Manhattan, donde el músico vivía con Yoko Ono. Horas antes del fatal desenlace, el músico había accedido a firmarle un álbum a su futuro asesino.