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La huelga en Francia ya cumplió 32 días y nadie está dispuesto a ceder

Ni el gobierno ni los sindicatos se ponen de acuerdo en una nueva edad jubilatoria. El presidente Emmanuel Macron pretende que sea a los 64 años.

Lunes 06 de Enero de 2020

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15:23 | Lunes 06 de Enero de 2020 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Una semana crucial para el gobierno y los sindicatos de Francia, en una huelga que ha cumplido 32 días y donde nadie da el brazo a torcer. Las negociaciones con el gobierno, los gremios y los patrones se reinician este martes. La edad de 64 años, que es hasta cuando el presidente Emmanuel Macron espera que los franceses trabajen, será el alma de la discusión.

Dos marchas sindicales el jueves y el sábado buscarán hacer una masiva demostración de fuerza, en una huelga que ha dejado al país sin trenes, metros y ómnibus para llegar puntualmente al trabajo, que aún apoyan entre el 55 y el 62 por ciento de los franceses, según los sondeos.

A un mes de iniciado el conflicto contra las reformas jubilatorias, no solo no hay solución sino que se agrava, hasta convertirse en una huelga general a pasos.

Este lunes la empezaron los 70.000 abogados del país, los médicos, enfermeros, camilleros, ayudantes de hospital y kinesiólogos. El martes se suman los pilotos aéreos, contadores, y otros sectores privados. Del 7 al 10 hay bloqueo total de refinerías petroleras, depósitos, estaciones de servicio. Todos exigen el retiro de esta reforma jubilatoria y el perfeccionamiento de la que actualmente existe.

La edad del equilibrio de 64 años sigue siendo el “bocadito” que lanza el gobierno para conseguir una negociación. Si bien los sindicatos duros, como la CGT o Fuerza Obrera, reclaman el retiro de la reforma, los moderados, como la CFDT y la UNAS, son favorables al proyecto pero no aceptan la edad del equilibrio. Para poder sumarlos, el gobierno contemplaría un alivio de esta medida.

Laurent Berger, el líder de la CFDT, calificó a esta edad del equilibrio como una medida “injusta e inútil”.

Para el gobierno, esta “edad del equilibrio” es la mejor solución para conseguir el equilibrio financiero del futuro régimen. Con este mecanismo evita bajar el nivel de pensiones y al mismo tiempo, no quiere aumentar las cotizaciones para que los asalariados no pierdan poder de compra.

En su escasa declaración sobre el tema, el presidente Macron dijo en diciembre que se mostraba flexible sobre la “edad del equilibrio”.

Hasta ahora el gobierno no da señales para un acuerdo. Busca desminar este conflicto sector por sector y dividiendo a la CGT y a la CFDT. También la flexibilidad podría conseguirse si la jubilación se aplica sobre carreras cortas o largas, condiciones de trabajo, tiempos parciales o no. Las reuniones continuarán hasta el 22 de enero.

La posición extrema es que el gobierno abandone la reforma, como lo volvió a exigir la ex candidata presidencial socialista Segolene Royal. Acusó esta “brutalidad política ” del Ejecutivo en su rechazo a hacer marcha atrás al proyecto y reformularlo.

Royal denunció “el ego machista” del presidente Macron y dijo que “es más que hora que tome la mano tendida de Laurent Berger, el líder de la CFDT, para salir de este conflicto”. Berger ha propuesto una conferencia sobre el financiamiento del sistema de jubilaciones distinto al proyecto de ley en preparación.

Un sondeo de Elabe sostiene que el rechazo a la reforma jubilatoria es mayoritario en la población. El 53 por ciento de los franceses tiene una opinión desfavorable a la reforma, aunque son menos que en diciembre. Ese mes la oposición alcanzaba el 57 por ciento. Entre los que se oponen, el 60 por ciento tiene entre 35 y 49 años y las personas con más de 65 años se muestran favorable al proyecto de ley. Pero ante la responsabilidad en el conflicto, el 43 por ciento se la atribuye al Poder Ejecutivo y solo el 28 por ciento a los sindicatos.

El caos del transporte por la huelga continúa en todo el país. La huelga ya ha costado 600 millones de euros a la SNCF, la empresa de trenes desde el 5 de diciembre.

Hay fracturas en el gobierno ante la reforma. El presidente Macron no quiere ceder. Pero los diputados oficialistas consideran que ya es demasiado tarde y que es un combate perdido, donde van a ser acusados “los tecnócratas de Paris”.

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