La creatividad, la compasión y la conciencia del ser humano son elementos clave para que no sea percibida como una amenaza, explicó.
11:44 | Domingo 07 de Septiembre de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma
La creatividad, la compasión y la conciencia del ser humano son elementos clave para que la Inteligencia Artificial sea una aliada en el trabajo y no una amenaza, planteó el estratega global Ajay Tejasvi, de visita en la Argentina.
“La tecnología abre puertas: democratiza el conocimiento, amplía el acceso y acelera procesos. Sin embargo, desprovista de una brújula ética, también puede agrandar brechas y consolidar privilegios. Por eso, el liderazgo que necesitamos hoy no es el del tecnócrata infalible, sino el de quienes integran precisión tecnológica con sabiduría humana”, explicó.
En una conferencia de prensa, llamó Inteligencia Absoluta al estado entrenable de presencia, lucidez y apertura que emerge cuando se regula el sistema nervioso y se ordena la mente.
“No se trata de misticismo; se trata de prácticas simples y basadas en evidencia —respiración, meditación, pausas conscientes— que reducen el estrés y amplían nuestro rango de respuesta. En tiempos de sobrecarga informativa y automatización, esa inteligencia es el factor diferencial que vuelve a un líder realmente irremplazable”, explicó Tejasvi.
El profesional nacido en India consideró que “liderar en 2025 exige resultados, pero también un marco de responsabilidad”.
“Cuando convertimos la salud mental y el bienestar en variables estratégicas —no en beneficios periféricos—, el negocio gana en sostenibilidad y reputación. Aquí aparece otra función indelegable del liderazgo: educar. Liderar es enseñar. Es ayudar a nuestros equipos a adquirir micro‑hábitos que amortigüen los riesgos de la IA: exceso de estímulos, sesgos en los datos, fatiga por decisiones y dependencia acrítica de las herramientas”, precisó.
Explicó luego que “tres prácticas cotidianas marcan la diferencia: 1) respiración consciente al iniciar y cerrar el día laboral; 2) espacios breves de silencio antes de decisiones críticas; 3) protocolos claros para el uso de IA que incluyan verificación humana, resguardo de datos y trazabilidad de fuentes”.
“Sé por experiencia —tanto en organismos multilaterales como en startups y pymes— que el cambio cultural ocurre cuando se alinean hábitos individuales, reglas del juego y métricas. Por eso, cualquier programa serio debe contemplar: consentimiento informado y contraindicaciones cuando trabajamos prácticas mente‑cuerpo; formación rigurosa y recertificación de instructores; y auditorías independientes”, continuó.
Durante la conferencia de la Fundación El Arte de Vivir, Tejasvi se detuvo después en los “contextos de presión macroeconómica, como los que atraviesan muchos países de América Latina”, donde “conviene evitar narrativas que individualizan el estrés y culpan a las personas por su agotamiento”.
“La responsabilidad es compartida: cada uno puede entrenar su mente; pero las organizaciones deben rediseñar procesos, tiempos y prioridades para que el bienestar sea posible. El liderazgo empático no es blando: es estratégico. Mejora la calidad de las decisiones, reduce el costo del error y fortalece la cohesión cuando más se necesita”, siguió Tejasvi.
Comentó finalmente que en 90 días se puede medir los resultados evaluando la asistencia y adherencia a las prácticas; reducción de ausentismo; mejoras en clima y en la percepción de carga de trabajo; y, sobre todo, la calidad de las conversaciones clave.
“Donde hay más escucha y menos ruido, donde el conflicto se procesa sin violencia y con datos, hay señales de que la Inteligencia Absoluta está operando”, aseguró Tejasvi.
Acerca de la IA comentó que “puede analizar, optimizar y predecir como nunca antes” pero “lo que no puede —ni podrá— es sostener una mirada moral del mundo, asumir responsabilidad o cuidar de otra persona”.
“Ese es nuestro trabajo. Y cuando la tecnología se pone al servicio de ese propósito, aparece un liderazgo que inspira porque transforma: que construye empresas más humanas sin perder eficacia, y comunidades más prósperas sin dejar a nadie atrás”, definió.