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Emilio Pérsico: “La definición de pobreza es muy difícil meterla en una hoja de Excel”

“Yo, en este reportaje, un rato fui político, otro rato fui funcionario del Estado, otro rato fui dirigente social, y otro rato fui sindicalista. Como siempre dice Juan (Grabois), “no sabemos lo que somos”. El que habla es Emilio Pérsico.

Domingo 24 de Mayo de 2020

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12:54 | Domingo 24 de Mayo de 2020 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

Emilio Pérsico, es secretario de Economía Social, una dependencia del Ministerio de Desarrollo Social, y el principal referente del Movimiento Evita, una de las organizaciones sociales de mayor inserción en el país. Administra casi medio millón de planes sociales y asiste a unos 1.800 comedores y merenderos.

“Es muy difícil meter la realidad social de la Argentina en una hoja de Excel cuando hay un cincuenta por ciento de actividad que no está registrada”, dijo durante una entrevista con Infobae y aseguró: “Los que necesitan alimentos hoy son más o menos diez millones de familias”.

La pandemia. Las críticas a Horacio Rodríguez Larreta por la multiplicación de casos de coronavirus en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires. La dificultad de la cuarentena en estos lugares. El hambre. Los sobreprecios en la compra de alimentos por parte del Estado para ayudar a los más necesitados. A estos temas se refirió Pérsico durante el reportaje.

“Alberto Fernández nos escucha. No nos ve, pero nos escucha. A Macri teníamos que gritarle”, reflexionó sentado en la punta de la mesa y con la imagen de Evita detrás.

-¿Desde los movimientos sociales, como el Evita, están preocupados por lo que está sucediendo en los barrios más populares con los contagios de coronavirus?

-Preocupados…muy preocupados. En Capital, las organizaciones veníamos planteando desde hace mucho que un sector vulnerable eran los sectores humildes, sobre todo por el hacinamiento que hay en los barrios populares. No es lo mismo hacer una cuarentena en una casa de cincuenta metros cuadrados, que en un lugar donde toda tu casa es de tres por tres. Ni tampoco con la heladera llena, con agua potable, cloacas. No es lo mismo hacer un aislamiento en esas condiciones que hacerlo en una casa con un baño compartido, y hacinados.

-¿Y qué sucedió con esos reclamos?

-La administración de Horacio Rodríguez Larreta no nos escuchó. Y cuando lo hizo ya era tarde. Pero a nosotros por lo general no nos ven ni nos escuchan. Al menos ahora, Alberto Fernández nos escucha.

-Pero no los ven.

-No nos ve. Nadie nos ve. A (Mauricio) Macri teníamos que gritarle, porque ni siquiera nos oía. Cristina Fernández y Néstor nos escuchaban. Los gobiernos peronistas te escuchan. No te ven. Pero te escuchan.

-¿Y cuáles eran sus propuestas en las villas?

-Planteamos tres etapas para la lucha contra el coronavirus. La primera es que había que cuidar al barrio, por eso lanzamos el programa “El barrio cuida al barrio”. La idea es que el barrio se organice para cuidar. Capacitar a los compañeros y sobre todo a las compañeras, en la promoción para la salud. También para proteger a los compañeros que están haciendo trabajos sociales, sobre todos los que atienden los comedores. Hay tres ejes principales: la tarea alimentaria, la educación porque la mitad de los pibes no tienen conectividad en la Argentina y no tienen computadoras en la casa y cuidarse sanitariamente del virus. Lo más importante es aislar rápidamente a las familias, y los que tuvieron contacto cercano. Es decir, garantizarle al compañero las condiciones para el aislamiento. En el barrio es muy difícil el aislamiento. Y después hacer el rastrillaje, la tarea de detectarA eso le agregamos una cuarta propuesta que hoy es mover de vuelta la rueda de la economía popular.

-¿Cuándo dice que la mitad de los alumnos no tienen internet y computadora se refiere a los barrios vulnerables?

-No, a todo el país. Es una mentira que en este momento todos los chicos reciben contenidos a través de plataformas. Por eso nosotros vamos a las casas de nuestros chicos a darles apoyo escolar y distribuimos los cuadernillos “Seguimos educando” que imprime el Ministerio de Educación y que tienen contenidos para todos los niveles, desde matemática a ciencias sociales.

-¿La tarea de detectar, en barrios Padre Ricciardelli o la Villa 31, la hacen ustedes o la autoridad sanitaria?

-En general lo hacen dos compañeros del barrio y dos compañeros de la autoridad sanitaria. En Capital así se está rastrillando casa por casa. Pero hubo errores en la primera etapa. Fallo que cuando se detectaron los primeros casos, los compañeros de las organizaciones, de la Garganta Poderosa del FOL (Frente de Organización en Lucha) plantearon públicamente que había que aislar las familias y a las familias no se las aisló. El aislamiento fue nada más para el compañero que estaba infectado, entonces el virus se extendió en el barrio. Falló el Gobierno de la Ciudad y falló que no se escucharon a las organizaciones.

-Se habla mucho de la Ciudad, pero ¿qué está pasando en los barrios más carenciados, en los asentamientos del Conurbano, como La Matanza, Quilmes, Florencio Varela?

-Yo vivo en Isidro Casanova, en La Matanza. En general, los barrios que están más cerca de General Paz son parecidos a los de la Capital, y muchos son una prolongación, comunicados por un puentecito. La gente va y viene. Hasta ahora no estamos en la etapa tres, es decir donde hay circulación dentro del barrio. Todos los casos que se detectaron, se los aisló. A ellos, a las familias, a los contactos. No se cometió el mismo error que en Capital. Ayer hubo tres casos en el Barrio Nicol, el nombre viene de “ni colegio ni colectivo” y está ubicado en el kilómetro 38 de la Ruta 3, en La Matanza. A esas familias se las aisló inmediatamente y a los enfermos el municipio los llevó a los lugares que tienen preparados para ese fin. El Movimiento Evita ayudó a limpiar sus casas, a desinfectarlas, y las compañeras les llevan todos los días la comida. Les llevamos la comida a muchos compañeros del Conurbano que están haciendo aislamiento. También se les lleva elementos de higiene.

-Honestamente descreo que no haya circulación del virus en los barrios populares como por ejemplo, Ciudad Oculta, Villa Palito.

-Créame que no es así. En la provincia tenemos más tiempo. Viendo lo que está sucediendo en Capital, toda la política se empezó a mover y tenemos quince días más de tiempo, hasta que haya circulación viral en algún barrio. Yo soy católico, recemos a Dios que la circulación del virus no llegue a los barrios populares de provincia. Hasta ahora en provincia no hubo descuidos, como en la Ciudad de Buenos Aires.

-¿Hay que abrir más actividades económicas para mover la economía, como lo piden algunos intendentes?

-Yo respeto la decisión de los que saben. Sí nosotros estamos desarrollando la tarea de promover la economía popular. Los compañeros no salen a trabajar y el barrio la está pasando muy mal. Por eso en las entradas del barrio instalamos gazebos para que los compañeros que vuelven de trabajar tengan dónde higienizarse. Estamos buscando la manera de que la organización del trabajo sea familiar, de la comunidad o del mismo pasillo para que no sean grupos de más de cuatro o cinco compañeros los que se muevan. Es decir, reactivando la changa pero cuidando que no contagien al barrio.

-¿La comida alcanza, los alimentos que envía el Estado alcanzan?

-Hoy estamos en una situación muy grave. En barrios de sectores medios trabajadores, como en Casanova, el otro día abrimos un nuevo comedor, y entregamos 450 raciones. La gente hacía cola con un táper en la mano a las cinco de la tarde para recibir el alimento a las ocho. Nadie hace cola tres horas por un poco de comida si no está muy necesitada.

-Hubo problema en las licitaciones. Sobreprecios. Compulsas vacantes. ¿Llegan o no los alimentos a los comedores a las municipalidades para que el Ejército las cocine?

-Hay distintas políticas alimentarias. Una son los alimentos secos donde está el problema de las compras. Los financiamientos a los comedores, que eso viene funcionando. Otro a las escuelas, y otro la tarjeta Alimentar. Lo que está en crisis es el tema de la compra de alimentos por parte del Estado.

 
Emilio Pérsico: "El cincuenta por ciento de los alumnos no tienen conectividad, por eso vamos a las casas a dale ayuda escular a los pibes. Nosotros mismos repartimos los cuadernillos 'Seguimos educando'". 

-¿Y por qué razón, desde el Ministerio de Desarrollo Social, donde usted cumple funciones, no cargó más dinero en la Tarjeta Alimentar para que cada beneficiario compre su propio alimento en el barrio que hasta era más barato?

-La tarjeta Alimentar cubre dos millones de familias. Los que necesitan alimentos hoy son más o menos diez millones de familias ¿Se entiende? La tarjeta Alimentar no cubre las necesidades de todos. La Tarjeta Alimentar no define pobreza. La Asignación Universal por Hijo lo que define es que el compañero no tiene un trabajo registrado. Pero puede ser pobre o no pobre. Se puede ser pobre también con un trabajo registrado. La definición de pobreza es muy difícil meterla en una hoja de Excel. Lo que hizo el Estado es tirar al bulto. El Gobierno desarrolló muchas políticas, como por ejemplo la IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) que es la más masiva, que también define si estas en blanco o en negro. Es muy difícil meter la realidad social de la Argentina en una hoja de Excel cuando hay un cincuenta por ciento de actividad que no está registrada ¿Se entiende?

-¿Y este gobierno registró toda esa economía informal que no está registrada?

-Nosotros nos sumamos al Gobierno con la idea de registrar toda esa economía que, insisto, hoy no está registrada, pero cuando empezamos a armar el registro, estalló el coronavirus. Hoy el problema es otro. Cambiaron las prioridades. Hoy el objetivo es combatir a este enemigo invisible. No tengo dudas de que el año que viene vamos a registrar a toda la economía popular. Como lo hicimos con los barrios populares.

-¿Y cuántos son, cuántas personas viven?

-En la Argentina se registraron 4.300 barrios populares, pero hay en total unos 4.800, dónde viven un millón de familias. El 25 por ciento de esos barrios crecieron en estos últimos años, es decir el crecimiento es exponencial. Un ejemplo, en La Matanza se formó el Barrio 1001, porque está sobre la Ruta 1001, y ese no está registrado. Esa toma de tierras se formó hace poco y debe haber viviendo unas mil familias. Eso es nuevo. Y en general en todos los municipios hay casos similares.

 

Emilio Pérsico: "El presidente se reunió varias veces con nosotros. En la última reunión una compañera dijo una frase que me pareció brillante y que es: 'En lo general la política no nos ve pero ahora nos escucha'".

 

-¿El presidente Fernández le presta la atención necesaria a la economía popular?

-El Presidente se reunió varias veces con nosotros. En la última reunión una compañera dijo una frase que me pareció brillante y que es: “En lo general la política no nos ve pero ahora nos escucha”. En realidad nos ven cuando marchamos sobre la Ciudad. Si no, no nos veían. Ahora por lo menos no escuchan. Vernos es más complejo. Vernos es entender la dinámica que tiene la pobreza en la Argentina. Y la dinámica que tienen los compañeros en la Argentina. Eso es muy difícil. El Estado le viene errando en esto.

-¿A qué se refiere?

-Más o menos hay 4.500.000 de personas que se auto inventaron el trabajo; y 6.500.000 personas demandantes de empleo. Y hay 1.000.000 que están quebrados, que ni siquiera buscan trabajo ni estudian y que están en condiciones físicas de hacerlo. Esa es la situación laboral de la Argentina para nosotros. A esos compañeros que se auto inventaron su trabajo, que están trabajando, que son parte de la economía popular, el Estado no los ayudó en nada. El Estado ayudó más o menos a 2.800.000 personas, desde “Chiche” Duhalde que empezó con los micro emprendimientos hasta ahora; y solo el dos por ciento de esa gente se queda con la actividad que inició.

-¿Cuáles son algunos de esos trabajos reinventados?

-Desde poner una parrilita en la entrada del barrio. Hay un intendente al que le dicen “Chinchu”. El compañero andaba por el barrio mangueando chinchulines en las carnicerías para repartirlos en el barrio. Así empezó su militancia social. Hoy hay miles. Son buscas de la vida. Él había encontrado una forma de vida en el chinchulín. Hay compañeros que salen a cortar el pasto.

-¿Cómo se sale de los planes sociales?

-La mejor política social es el trabajo, y el derecho ligado al trabajo ¿Estos de acuerdo? Más el peronismo. El peronismo ligó históricamente el derecho al trabajo. Hoy el derecho está más ligado a la ciudadanía que al trabajo. La Asignación Universal por Hijo (AUH) empezó a cambiar eso. Todos tienen derecho al salario familiar.

-La ex ministra Patricia Bullrich dijo que ustedes les tiraron 14 toneladas de piedras por la Ley de Movilidad jubilatoria y ahora les reducen casi un 50% por decreto a los jubilados y pensionados ¿Cuál es su posición?

-Ella y su gobierno se robaron seis meses de aumento a los jubilados. Esa fue una locura. Ahora volvió la política de darle más al de más abajo. Cuando vos estás en crisis y el Estado está arruinado, tiene que ayudar al que más lo necesite, y hoy el Estado esta fundido, arruinado y en medio de una pandemia, y lo que está haciendo es Estado es achatando la pirámide. Le está dando más a los de abajo y menos a los de arriba.

-Cobrar unos 16.000 mil pesos no es tener mucho, no les alcanza para nada. ¿Está de acuerdo con eso?

-Estoy de acuerdo en que en los momentos de crisis hay que achatar la pirámide. Está claro que viene mal desde hace rato el tema de la jubilación. El problema de fondo es que hay seis millones de tipos privados que aportan al sistema. Hay que buscar un sistema que sean más los compañeros que tengan trabajo registrado. No hay otro camino. Este Gobierno les da prioridad a los que menos tienen.

-¿Y qué piensa del proyecto de la diputada Fernanda Vallejos, que propone que el Estado se quede con parte de las acciones de las empresas a las que ayuda por el coronavirus, la cuarentena y la consecuente crisis económica?

-¿El que hizo Estados Unidos?

-Le pregunto por el que se está proponiendo desde un sector del kirchnerismo.

-El de los Estados Unidos me parece bueno. En la crisis anterior, en la crisis del 2008 Estados Unidos lo hizo [NdeR: se refiere al denominado estallido de la burbuja inmobiliaria después de la quiebra de Lehman Brothers]. El gobierno norteamericano de entonces se quedó como garantía de devolución de los préstamos con acciones de las empresas como garantía, y cuando lo terminaron pagando le devolvió las acciones.

-Algo parecido sucedió en Francia, pero tienen otro tipo de economía y democracia.

-No, son países más serios en todo caso.

-¿Y entonces?

-A mí me parece bien que se aplique acá. Estos son créditos a las empresas para que no se fundan, para pagarle el salario al trabajador que la empresa le pague con acciones. Es lo lógico, y después que se las devuelva, ¿se entiende?

-¿Cree que va a prosperar este proyecto que ni siquiera fue presentado aún?

-No, no sé si va a prosperar. Argentina no está madura para eso.

-¿No está madura o no es Maduro? Porque hay quienes sostienen que con proyectos como este nos acercamos a Venezuela.

-No, no, no tiene nada que ver con Maduro. Venezuela es otra cosa. Esto lo están haciendo los países capitalistas centrales, no lo está haciendo Venezuela.

-Claro, Venezuela ya lo hizo.

-Es una chicana para contraponer posicionamientos político, para no discutir ideas. La reforma agraria en Brasil no la hizo Lula, sino Cardoso. En Estados Unidos hubo cinco reformas agrarias. Y acá cuando se habla de reforma agraria saltan los liberales, sale la politiquería. Igual cuando yo hablo de reforma agraria hablo de desarrollo: en la Argentina necesitamos un millón de chacras para darle de comer al mundo. Los políticos en nuestro país se dedican a las finanzas, y dejan la economía al mercado. Esta es una chicana para los políticos también.

-¿Alberto Fernández hace lo mismo?

-El mercado acá está acostumbrado a definir el proyecto de país. El Estado debe definir la economía. Cuando Fernández comenzó a hacerlo, llegó el virus este.

-Usted le tira chicanas a los políticos, pero también hace política, es político. Es dirigente social, pero también secretario de Estado.

-Sí. Yo, en este reportaje un rato fui político, otro rato fui funcionario del Estado, otro rato fui dirigente social, y otro rato fui sindicalista. Juan (Grabois) siempre dice una cosa: “No sabemos lo que somos”. Somos las cuatro cosas en un mismo ser, como diría el Papa Francisco.

Fuente: INFOBAE

 

 

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2 COMENTARIOS

Humberto

| Lunes 25 de Mayo de 2020

Sin pobres no existiria la política, quien podria creer en los políticos salvo q tengas déficit de atención jajaja

Muy claro

| Domingo 24 de Mayo de 2020

Dijo dos cosas muy honestas, seguro porque no las pensó (en realidad pensar no es el fuerte de los K) primero, que el peronismo no los ve, pero los escucha y segundo que no saben lo que son (la verdad es que nunca lo supieron ni lo sabrán)

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