Valentina Cervantes celebró junto a Enzo Fernández su consagración mundial con Chelsea

09:11 | Lunes 14 de Julio de 2025 | La Rioja, Argentina | Fenix Multiplataforma

En una jornada que quedará grabada en la historia del fútbol internacional, Enzo Fernández se consagró campeón del Mundial de Clubes 2025 con el Chelsea, tras una contundente victoria por 3 a 0 frente al Paris Saint-Germain. El encuentro se disputó en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, escenario de una final que marcó un hito para la FIFA al reunir por primera vez a 32 equipos en esta competencia.

Valentina Cervantes, pareja del mediocampista argentino, estuvo presente en el estadio junto a sus hijos Olivia y Benjamín, acompañando a Fernández en uno de los momentos más significativos de su carrera profesional. Vestida con la camiseta azul del Chelsea, con el número 8 y el nombre “Enzo” estampado en la espalda, la influencer compartió en sus redes sociales imágenes y videos que reflejaron el clima de celebración y orgullo familiar.

Durante el partido, Chelsea dominó con autoridad al conjunto parisino, gracias a un planteo táctico preciso del entrenador Enzo Maresca. Los goles fueron convertidos por Cole Palmer, en dos oportunidades, y João Pedro, sellando una victoria sin fisuras. Tras el pitazo final, Valentina y sus hijos descendieron al campo de juego para sumarse a los festejos, posando frente al arco con el trofeo dorado y una sonrisa que evidenciaba la emoción del momento.

La publicación de Cervantes en Instagram incluyó la frase “Campeón del Mundo x2”, en alusión directa a los dos títulos globales obtenidos por Fernández: la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022 y esta edición del Mundial de Clubes. El gesto fue celebrado por sus seguidores, quienes destacaron la ternura de los niños y el acompañamiento constante de la familia en la carrera del futbolista.

Este nuevo logro consolida a Enzo Fernández como uno de los referentes del fútbol argentino en el exterior, y reafirma su capacidad para brillar en los escenarios más exigentes. La celebración familiar, cargada de afecto y simbolismo, aportó una dimensión íntima a una consagración deportiva de alcance mundial.